martes, 24 de septiembre de 2013

América Latina S XX Primera y Segunda mitad del siglo

AMERICA LATINA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX




LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL HASTA 1930: LA ECONOMÍA AGROEXPORTADORA

En la primera mitad del siglo XX la economía de los países de América latina fue pasando de la agroexportación a la industrialización sustitutiva de importaciones.

La economía agroexportadora (también conocida como modelo de crecimiento hacia fuera se aplicó en América Latina desde su independencia en la primera mitad del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX.

En este período los países de América Latina exportaban materias primas, como productos agropecuarios y minerales, hacia los países industrializados de Europa, especialmente Inglaterra, y hacia EEUU. A su vez importaban los productos industrializados desde aquellos países y también recibían desde ellos las inversiones de dinero necesarias para aumentar la producción o mejorar los transportes y comunicaciones.

El desarrollo económico de los países latinoamericanos se debió al interés de los países industrializados que actuaban según sus necesidades: necesitaban las materias primas para sus industrias y mercados donde vender los excedentes de la producción de sus fábricas. Los intentos de modernización en América Latina también se hicieron por interés de las potencias extranjeras, por ejemplo la instalación de ferrocarriles, que se hizo para poder llevar más rápido y en mayor cantidad las materias primas desde el interior de los países hasta los puertos donde se exportaban.

Los países de América Latina se especializaron en la producción de uno o pocos productos por cada país; esto se conoce como monoproducción. En el caso de ser productos agrícolas se le llama monocultivo.

El historiador brasileño Celso Furtado clasifica a los países monoproductores de América Latina en tres tipos:

Exportadores de productos agrícolas de clima templado (Argentina y Uruguay) Tenían grandes extensiones de tierra dedicadas a la producción agrícola y ganadera. Exportaban cueros, lanas, carne y trigo.

Exportadores de productos agrícolas de clima tropical (la mayoría de los países latinoamericanos, como Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, los países de América Central y el Caribe y en parte México) Por estar ubicados en zona tropical su clima los hacía aptos para determinados cultivos (café, cacao, caña de azúcar, tabaco, bananas, etc) cuya producción se vendía a Europa y EEUU. Como las potencias europeas también obtenían estos productos de sus colonias en Africa, los precios de venta eran generalmente bajos y la abundante población campesina que trabajaba en las plantaciones vivía en la miseria

Exportadores de minerales (grupo formado por Chile, Perú, Bolivia, México y luego se sumó Venezuela al comenzar a explotar el petróleo) En estos países fueron necesarias importantes inversiones de dinero de los países industrializados para poder explotar los minerales y hubo una importante concentración de mano de obra en las zonas donde se ubicaban los yacimientos.



La monoproducción tenía consecuencias negativas para los países latinoamericanos: al depender sus exportaciones de uno o escasos productos, el ingreso de dinero por las ventas al exterior se podía ver afectado, ya que los países compradores podían ser pocos y si alguno dejaba de comprar disminuían las ventas. Si el precio de ese producto bajaban también descendía el dinero que ingresaba al país.

En el caso del monocultivo las consecuencias negativas eran aún mayores: al cultivar el mismo producto en el mismo suelo, este se iba debilitando y la producción disminuía. También sucedía que casi todas las tierras o las mejores se dedicaban para plantar el cultivo que se exportaba y se descuidaban los cultivos para alimentar a la población local, provocando el hambre.

Los más beneficiados con la economía agroexportadora eran las oligarquías, los dueños del poder económico y político. Se trataba de un grupo cerrado de familias que ocupaban los cargos de gobierno, eran propietarios de las tierras y eran los exportadores de lo que sus tierras producían. Desde el gobierno impusieron el liberalismo económico, permitiendo el libre comercio con el exterior que tenía como consecuencia la libre importación de productos manufacturados. La oligarquía mantenía muy buenas relaciones con las potencias industriales porque sus intereses eran comunes y se beneficiaban mutuamente: las potencias obtenían las materias primas que necesitaban y las oligarquías les vendían esas materias primas. La modernización que se hizo en las últimas décadas del siglo XIX estrechó los vínculos: las potencias invertían dinero en mejoras que permitían explotar mejor las materias primas y por lo tanto beneficiar a las oligarquías.

Políticamente las oligarquías latinoamericanas impusieron democracias muy limitadas, con un derecho al voto muy restringido, excluyendo a la mayoría de la población. De esa manera se aseguraban mantenerse en el gobierno y a través de las leyes defender sus intereses económicos. Tenían una visión negativa de las clases populares, especialmente de los campesinos, a quienes consideraban ignorantes e incapaces de gobernarse por si mismos.



LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL ENTRE 1930 Y LOS AÑOS 60: LA IDUSTRIALIZACIÓN

Como consecuencia de la crisis económica iniciada en EEUU en 1929, los países de América Latina exportaron menos cantidad y a menor precio, ya que sus habituales compradores, Europa y EEUU, limitaron las importaciones.

El descenso de los ingresos de dinero a los países latinoamericanos hizo que el pago de las deudas externas fuese más difícil. Una de las medidas tomadas para enfrentar los pagos de la deuda fue la reducción de las importaciones. Los gobiernos de la región impusieron tasas arancelarias altas para mejorar los ingresos estatales. Esto limitaba las importaciones. A esta medida se sumó una devaluación de las monedas, lo que encarecía los productos importados.

Por todas estas razones, las burguesías latinoamericanas encontraron la ocasión favorable para invertir capitales en la producción de bienes manufacturados, es decir, crearon nuevas industrias y por lo tanto aumentó el número de empleos. Este impulso se acentuó sobre todo en países como México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú. Hubo entonces un crecimiento del sector industrial orientado a satisfacer la demanda interna de productos industrializados que antes se importaban. A este proceso se le conoce como industrialización por sustitución de importaciones (modelo ISI o crecimiento hacia adentro).

Por la crisis y los cambios económicos que la siguieron, las sociedades latinoamericanas sufrieron grandes cambios. Al tiempo que se detenía casi por completo la llegada de inmigrantes desde Europa, los problemas económicos obligaron a emigrar hacia la ciudad a importantes sectores de población rural.

Hacia 1930 la población latinoamericana era predominantemente rural. Esta situación comienza a cambiar a partir de ese año: se observa un crecimiento de algunas ciudades en desmedro del campo y de las ciudades más chicas que se convierten en expulsoras de sus habitantes. En un primer momento las migraciones del campo a la ciudad se explican por la crisis que afectó a los sectores agropecuarios. Luego se agrega la tecnificación de la producción agrícola y el atractivo del mejor sueldo en las industrias que se creaban en las ciudades. En 1925 el 62% de la población trabajadora estaba ocupada en el campo; en 1945 esa cifra se había reducido a 45%.

Pero los puestos de trabajo que ofrecía la ciudad eran inferiores a la cantidad de migrantes campesinos, lo que contribuyó a mantener bajos los salarios. La consecuencia fue que se formaron áreas muy pobres, dentro y alrededor de las ciudades, caracterizadas por la precariedad de la vivienda. Estos asentamientos de población mostraban con claridad las enormes diferencias económicas que separaban a los sectores populares que vivían en ellos, de los sectores medios y altos, que comenzaron a buscar nuevas ubicaciones para sus confortables viviendas.



TRANSFORMACIONES POLÍTICAS: LOS POPULISMOS

Se llama populismo a algunos movimientos políticos desarrollados en América latina en los años 30 y 40, que se caracterizaron por su oposición a las oligarquías, su rechazo a los partidos tradicionales, su falta de ideas definidas y la búsqueda del apoyo popular. En lo económico impulsaron la intervención del estado, el proteccionismo a las industrias y denunciaron el imperialismo a que eran sometidas las economías nacionales.

En cada país donde se dieron los populismos, las características fueron variando, pero en general se puede decir que respetaron el sistema de elecciones y el voto universal, aunque fueron gobiernos “fuertes” con un dominio absoluto del aparato estatal, restricciones a las libertades individuales y culto al líder.

Los gobiernos populistas tomaron medidas “populares” destinadas a ganarse la simpatía de la población y obtener el apoyo electoral. El populismo en América Latina es un fenómeno político que se desarrolló después que el sufragio se hizo universal y por lo tanto el voto de las amplias mayorías decidía quien gobernaba. Los líderes populistas usaron un lenguaje entendible por las masas y en muchos casos apelaron al discurso emocional y a decir aquellas cosas “que el pueblo quería escuchar”.

Las medidas que favorecieron a los sectores populares y a las clases medias (aumentos salariales, salud pública, extensión de la educación, etc) no solo se tomaron para obtener votos sino con un fin económico: mejorar el nivel de vida y el poder adquisitivo de grandes sectores de la población para tener un mercado interno que consumiera la producción nacional. La industria sustitutiva de importaciones necesitaba ese mercado; su vez esas industrias generaban empleo para esos mismos sectores de población. Para algunos historiadores en el populismo se produce un “acuerdo” entre la burguesía industrial y las masas obreras: la burguesía industrial ganaba al aumentar sus ventas y los obreros se beneficiaban al tener trabajo y mejores salarios.

Otra características de los populismos fue la existencia de un líder carismático, un dirigente que contaba con capacidad de mando y era seguido ciegamente por la población. Los líderes populistas no pertenecían a los sectores populares, pero se entendían muy bien con ellos. Algunos líderes fueron militares (Juan D. Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México), otros eran periodistas (Haya de la Torre en Perú) o integrantes de la pequeña burguesía (Getulio Vargas en Brasil). Poseían cierto nivel cultural, pero se manejaban con un lenguaje sencillo facil de comprender por un electorado poco instruido. La extensión del sufragio a las masas populares fue una de las causas del populismo, ahora la política ya no era resuelta por unos pocos “doctores” o los generales sino que los sectores populares podían decidir con su voto. A esos sectores se dirigieron los lideres populistas.

El populismo carecía de definición ideológica y se proclamaba antisocialista y anticapitalista. Pero en realidad ni salieron del sistema capitalista ni lo reformaron demasiado, y en varios casos detuvieron el avance de los sectores de la izquierda marxista tanto a nivel político como sindical. Los populistas establecieron medidas de protección hacia los trabajadores, pero el movimiento obrero quedó sometido al poder político y fue hábilmente manipulado.

Los ejemplos típicos de gobiernos populistas fueron: Juan Domingo Perón en Argentina (desde 1946 a 1955), Getulio Vargas en Brasil (desde 1946 a 1954) y Lázaro Cárdenas en México (desde 1934 a 1940)



UN EJEMPLO DE POPULISMO: EL PERONISMO

Orígenes del peronismo.- En 1931 un golpe militar puso fin al gobierno de Hipólito Irigoyen representante del Partido Radical. En los años 30 hubo una sucesión de gobiernos militares y civiles con una tendencia conservadora. En 1943 un nuevo golpe volvió a poner a los militares al frente del gobierno argentino. El nuevo gobierno militar designó como Ministro de Trabajo al coronel Juan Domingo Perón, dando origen a su carrera política.

La industrialización que se estaba dando en Argentina, favorecida por la Segunda Guerra Mundial, había provocado cambios sociales importantes: por un lado el surgimiento de una burguesía vinculada a la industria, nacionalista y partidaria de mantener una política exterior independiente y neutral. Por otro lado el crecimiento de la clase obrera, engrosada por el traslado de habitantes de las provincias hacia Buenos Aires (los “cabecitas negras”).

En el ejército surgió un grupo de oficiales jóvenes que coincidía con la burguesía en sus aspiraciones nacionalistas y desarrollistas, siendo partidarios de colocar las producciones básicas bajo el dominio del estado para mantener la independencia económica. Esos oficiales formaron una logia dentro del ejército, el GOU, Grupo de Oficiales Unidos, que tuvo activa participación en el golpe de 1943. Perón, que pertenecía al GOU, comenzó a ser conocido por las medidas que tomó desde el Ministerio de Trabajo que favorecían ala clase trabajadora argentina: estatuto del peón rural, normas de protección al trabajo de los obreros, congelación de los precios.

La popularidad de Perón no fue bien vista por los sectores más conservadores del ejército que, impulsados por los sectores económicos poderosos contrarios a las medidas de protección a los trabajadores, destituyeron a Perón y lo encarcelaron en octubre de 1945. La embajada de EEUU, que consideraba a Perón peligroso por su nacionalismo y lo acusaba de fascista, vio con simpatía su alejamiento del poder.

Pero una gran manifestación popular realizada el 17 de octubre, logró que Perón fuera liberado.

El gobierno militar convocó a elecciones y Perón, que había estado organizando a los sectores trabajadores, se presentó como candidato del Partido Justicialista. Enfrentó a una alianza de los demás sectores políticos y los derrotó, usando hábilmente la propaganda al plantear su gobierno como única alternativa ante la creciente influencia norteamericana. Utilizando a su favor la intromisión en los asuntos argentinos del embajador de EEUU, Braden,(que públicamente se había pronunciado contra Perón) la publicidad justicialista planteaba “Braden o Perón”.

El primer gobierno peronista (1946-51).- La Iglesia, el Ejército y el movimiento sindical fueron las organizaciones en las que se apoyó el peronismo. La Iglesia vio en Perón la figura capaz de lograr un equilibrio social y controlar a los obreros evitando su “izquierdización”.

El ejército no estuvo unido en su apoyo a Perón, pero este logró que la mayor parte los respaldara aumentando su presupuesto. Se crearon fábricas militares para construir desde aviones hasta automóviles.

El principal apoyo vino del movimiento sindical. Hasta la llegada de Perón al Ministerio de Trabajo, los obreros carecían de organización; los gremios tenían pocos integrantes y la mayoría de los trabajadores, de origen rural, no comprendían ni seguían a los dirigentes anarquistas, socialistas y comunistas. Con Perón surgió un nuevo sindicalismo, vinculado al Partido Justicialista y al poder. Se creó una central para unir a todos los sindicatos: la CGT (Confederación General de Trabajadores), cuyos dirigentes recibían cargos y beneficios económicos formando una “aristocracia” sindical.

Los trabajadores recibieron muchos beneficios, pero debían permanecer fieles a las orientaciones del gobierno. El control del sector sindical, permitía al gobierno mantener la paz a social que los inversores exigían. El peronismo se manifestaba antioligárquico, antiimperialista, pero también antimarxista y no creía en la lucha de clases.

Los aspectos más importantes de la obra realizada por el peronismo fueron:

- La estatización del Banco Central, los ferrocarriles, los teléfonos, el gas y la aviación.

- El estado controló el comercio exterior, decidiendo que productos se importaban y cuales no. Además el estado compraba la producción agrícola a los productores y la revendía al exterior.

- Se estimuló el desarrollo de la aviación, la marina mercante nacional y la industria, especialmente la industria liviana

- En materia social se concretaron mejoras en la situación de los trabajadores: aumentos salariales, vacaciones pagas y aguinaldo.

En cuanto al régimen político, fue autoritario. El sistema educativo dependió del gobierno. En los libros escolares se realizó un culto a la personalidad de Perón y su esposa, Evita. La universidad perdió autonomía. Los derechos individuales fueron limitados. Se establecieron restricciones o simplemente se eliminó a la prensa opositora.

El segundo gobierno peronista (1952-55) y su caída.- Para las elecciones de 1952, se postuló nuevamente Perón. La CGT quería que fuera acompañado por su esposa como candidata a la vice-presidencia. Eva Duarte, llamada popularmente Evita, había sido un importante apoyo en el primer gobierno peronista; incluso antes, cumplió un papel trascendente en la organización de la manifestación popular que devolvió a Perón la libertad (el 17 de octubre de 1945, celebrado por lo peronistas como Día de la Lealtad). Durante la primera presidencia de Perón se encargó del Ministerio de Trabajo, realizando muchas obras de ayuda hacia los trabajadores, las mujeres y los ancianos. La obra fue usada demagógicamente por la propaganda peronista, resaltando la personalidad de Evita como “abanderada de los humildes”. En la propaganda se ponía énfasis en su origen humilde, una “cabecita negra” que no negaba sus orígenes, aunque no ocultaba su gusto por las joyas, las pieles y los costosos vestidos.

La propuesta de que Evita fuera la vicepresidenta no prosperó, en parte por la grave enfermedad que tenía, (un cáncer que le provocó la muerte en 1952) y en parte por la oposición de los sectores más conservadores del peronismo y del ejército.

Aunque triunfó con el 60% de los votos, la segunda presidencia de Perón debió enfrentar serios problemas. Como pasó con otros gobiernos populistas de A. Latina, la situación internacional ya no era tan favorable para la economía. Frente a la crisis el gobierno redujo los salarios y, abandonado su postura nacionalista y antiimperialista, abrió la economía argentina al capital extranjero (por ejemplo yacimientos de petróleo entregados a la Standard Oil).

El régimen perdió el apoyo de la Iglesia Católica al aprobar la ley de divorcio y retirar la enseñanza religiosa de las escuelas públicas. El enfrentamiento se hizo más duro cuando sectores radicales del peronismo quemaron iglesias tras un fracasado golpe militar en febrero de 1955.

A pesar de que la CGT siguió siendo el apoyo principal, algunos sindicatos, como los metalúrgicos, escaparon al control del gobierno y realizaron huelgas. La falta de Evita se hizo sentir.

En setiembre de 1955, el general Lonardi encabezó un levantamiento militar. Perón no opuso resistencia, renunció y se marchó a un confortable exilio.

AMÉRICA LATINA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX




En el transcurso de las décadas del 60 y del 70 se produjeron alternativamente intentos de reformas, profundas crisis económicas, sociales y políticas, revoluciones o intentos de lograrlas y dictaduras. Se acentuó la dependencia económica con el mantenimiento de las situaciones de pobreza. Fue además una época caracterizada por las confrontaciones sociales y políticas agravadas por la presencia de la Revolución Cubana y el reforzamiento de la Guerra Fría en la región.



EL ESTANCAMIENTO ECONÓMICO

Fue consecuencia de varios factores relacionados:

- Baja de los precios internacionales de las materias primas exportadas por A. Latina. Los precios altos que habían alcanzado el cobre, el estaño, la carne, la lana, etc, durante la guerra no se mantuvieron.

- Deterioro en los términos de intercambio: los productos vendidos por A. Latina valían menos, pero los que compraba valían más; como resultado hubo que disponer de más dinero para importar productos. A eso hay que agregarle lo que se pagaba por fletes, ayuda técnica, etc.

- Aumento de la deuda externa. La balanza comercial desfavorable y el déficit de los presupuestos estatales (más gastos que ingresos de dinero) llevaron a buscar la solución a través de la solicitud de préstamos otorgados por otros países, por bancos privados extranjeros o por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional. Los préstamos estuvieron destinados , entre otras cosas a comprar maquinarias para las industrias y pagar la administración pública.

- Resistencia al cambio de las estructuras agrarias. Las reformas populistas de los años 40 y 50 no afectaron al latifundio. La tierra siguió concentrada en pocas manos. La mayor parte de la población latinoamericana vive en el campo, carece de tierras y de medios de vida suficientes como para consumir los productos realizados por las industrias latinoamericanas. Al quedar fuera del consumo estas masas de población, las industrias tuvieron menos ventas de las esperadas, disminuyeron la producción, los empleos y los salarios. Al haber menos poder adquisitivo en la ciudades, hubo una disminución en la demanda de productos agrícolas, cerrándose así un círculo económico negativo.



- Mayor presencia de las multinacionales. Muchas veces los países latinoamericanos presentaron ventajas para la instalación de empresas multinacionales: amplios mercados, recursos naturales, mano de obra, infraestructura relativamente desarrollada, regímenes políticos seguros. Se generalizaron las inversiones de empresas de origen norteamericano en sectores claves como la minería, el petróleo, las agroindustrias y los bancos.

- Descapitalización: salida de capitales hacia el exterior. Las mayor parte de las ganancias obtenidas por las empresas extranjeras que invertían en A. Latina, eran enviadas a los accionistas radicados en el exterior. A esto hay que agregar el pago de los intereses de la deuda y lo que se pagaba por las importaciones. Era mucho más el dinero que salía hacia los países desarrollados que el que estos invertían en Latinoamérica. Entre 1956 y 1960 hubo una salida de más de 6 mil millones de dólares . Esta pérdida de dinero impidió que los países de A. Latina se capitalizaran y tuvieran su propio dinero para invertir, aumentando la dependencia de los préstamos.

- La presencia del FMI significó una limitación a la labor de los gobiernos latinoamericanos. Los préstamos otorgados por el FMI o su aval como garantía para obtener préstamos de bancos extranjeros, se hacían a cambio de firmar “cartas intención” en las que los gobiernos se comprometían a cumplir con determinados requisitos (menor intervención del estado en la economía, restricción de préstamos baratos, devaluaciones, libre valor del dólar, etc). Esto implicó abandonar la política intervencionista y de estado benefactor que se venía realizando; como consecuencia disminuyó la protección a los sectores trabajadores y de pequeñas empresas, aumentando la conflictividad social.



LA SITUACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA

Una de las medidas tomadas por los gobiernos e base a las recomendaciones del FMi, fue la eliminación de los cambios múltiples, es decir que ya no podía haber un valor distinto para el dólar según para que se fuera a usar. Durante el período de crecimiento hacia adentro se pagaba a los exportadores un dolar barato para luego venderselo barato a los importadores de maquinaria y combustible o productos necesarios para el consumo popular. Si el dolar se iba a usar para importar productos que se podían hacer en Latinoamérica o que no eran necesarios, salía más caro.

La eliminación de esta diferencia en el valor del dólar y la devaluación de las monedas nacionales, significó un aumento de la ganancia de los exportadores y un encarecimiento de los productos importados.

Las devaluaciones trajeron inflación y por lo tanto aumento de precios, elevándose el costo de vida. La inflación afectó a los sectores que tenían ingresos fijos (asalariados, jubilados) y a los desocupados, aumentando las diferencias sociales.

La restricción a los créditos lesionó a los pequeños productores que, carentes de suficiente capital, no podían hacer frente a las necesidades económicas (aumento del precio de la maquinaria y los combustibles) y no pudieron renovar sus empresas.

Las clase medias urbanas que se habían acostumbrado a un consumo similar al de países desarrollados (vivienda propia, automóvil, electrodomésticos, vestimenta, vacaciones) vieron disminuir su poder de compra.

Esta situación provocó mayor conflictividad: huelgas y manifestaciones.

Los gobiernos nacionales tomaron medidas represivas contra los sindicatos y las organizaciones estudiantiles que se sumaron a las protestas. La represión y la falta de soluciones al estancamiento económico incentivaron la violencia política. Focos revolucionarios se dieron en varios países de América Latina tomando como ejemplo lo sucedido en Cuba.



LA REVOLUCIÓN CUBANA Y SUS CONSECUENCIAS

Cuba, una isla de las Antillas, adquirió importancia estratégica y comercial a partir del siglo XVIII. Su población indígena apenas sobrevivió al primer siglo de colonización española y fue sustituida por mano de obra esclava africana. Se formó así una sociedad multiétnica.

Su economía se basaba en las plantaciones de caña de azúcar. Políticamente fue el último territorio americano en independizarse de España, a fines del siglo XIX. En el corre de ese siglo los movimientos nacionalistas intentaron en varias ocasiones terminar con la colonización pero las revoluciones eran derrotadas. Finalmente, en 1898, EEUU intervino declarandole la guerra a España, lo que permitió a los rebeldes cubanos obtener su “independencia”. A esa altura ya existían importantes inversiones de capitales norteamericanos en las plantaciones azucareras.

El nuevo estado quedó bajo la influencia de EEUU, incluso su propia constitución establecía el derecho de los norteamericanos a intervenir en Cuba en caso de que se vieran afectados sus intereses (enmienda Platt de 1902).En varias ocasiones EEUU intervino militarmente en la isla: 1906, 1912, 1917, 1922 y 1933.

La economía cubana siguió basandose en la producción de azúcar cada vez más dominada por los capitales de EEUU. En 1950 casi el 50% de las tierras dedicadas a la caña de azúcar eran propiedad de empresas norteamericanas. EEUU también controlaba los servicios telefónicos, la electricidad, los ferrocarriles y la producción de níquel, además de controlar buena parte de los casinos y centros de diversión nocturna de La Habana.

La caña de azúcar precisaba mucha mano de obra durante la cosecha pero luego esos trabajadores quedaban desempleados. Las condiciones de vida en el medio rural eran malas y existía una fuerte migración hacia las ciudadades.

Politicamente se sucedieron dictaduras que mantenían la situación económica y social incambiada. En 1933 una huelga general logró la caída del dictador Machado, y la creación de un gobierno democrático. Pero este no contó con el apoyo del EEUU que propició una nueva dictadura a cargo del sargento Fulgencio Batista. Este se mantuvo en el poder desde 1934 a 1959. En ese período se hicieron elecciones pero la oposición era perseguida y existía fraude.

Ante esa situación, en el año 1953, un grupo de jóvenes liderados por abogado Fidel Castro realizó un asalto al Cuartel Moncada, pero fracasó y los rebeldes fueron presos. Cuando volvieron a la libertad, Castro y otros rebeldes, se trasladaron a México donde prepararon una insurrección mayor.

La guerrilla de Sierra Maestra.- El 2 de diciembre de 1956, 80 hombres desembarcaron al sur de la isla. Entre ellos estaban Fidel Castro, su hermano Raúl y el argentino Ernesto “Che” Guevara. Descubiertos y atacados buscaron refugio en la zona montañosa y selvática, internándose los pocos sobrevivientes en la Sierra Maestra.

En la montaña se organizó un ejército revolucionario formado sobretodo por campesinos. Las operaciones guerrilleras se fueron ampliando al resto de la isla. El gobierno de Batista, acusado de incapacidad y corrupción no tenía respaldo popular y muchos vieron con simpatía la rebelión. Varios partidos se sumaron a la lucha contra Batista y se creó un Directorio Revolucionario. En las ciudades se sumaron las protestas, los sabotajes y finalmente, en marzo de 1957 fue asaltado el palacio presidencial. Batista, que ya no contaba ni con el respaldo de EEUU, huyó.

El 1 de enero de 1959 el ejército guerrillero entró a La Habana.



El enfrentamiento con EEUU.- Los primeros días después del triunfo de la revolución fueron de euforia en Cuba, aunque nadie tenía en claro que se proponían los triunfadores. Varios eran los que habían participado en la caída de Batista, pero el poder visible estaba en el ejército revolucionario formado en Sierra Maestra, cuyos líderes hablaban de hacer un gobierno nacionalista y antiimperialista.

Se creó un gobierno de coalición del que participaban varias fuerzas políticas; Fidel castro fue designado comandante del nuevo ejército. Los primeros pasos del nuevo gobierno fueron de carácter reformista. Pero luego las medidas fueron más profundas y la alianza se rompió. La reforma agraria, las nacionalizaciones de empresas extranjeras, el juicio a los criminales de guerra, la reducción del valor de los alquileres, el cierre de los casinos, alejó del gobierno a los sectores moderados, pertenecientes a la clase alta y vinculados a EEUU.

Las medidas del gobierno tampoco gustaron a EEUU que veía a Cuba como parte de su “zona de infleuncia”. Ante la nacionalización de empresas azucareras que estaban en manos de norteamericanos, el gobierno de EEUU decidió no comprar azúcar a Cuba. El gobierno cubano adquirió petróleo a la URSS; las refinerías que había en Cuba eran norteamericanas y se negaron a refinar el petróleo de origen soviético. Cuba reaccionó nacionalizando las refinerías.

Inicialmente ni Castro ni los otros dirigentes guerrilleros eran comunistas. Pero el enfrentamiento cada vez mayor con EEUU, los llevó a buscar el apoyo de la URSS, que se transformó en el nuevo mercado del azúcar cubano y el abastecedor de maquinaria, petróleo y, cuando las relaciones con EEUU fueron más tensas, de armamento.

En 1961, con la autorización del presidente John Kennedy, los servicios secretos norteamericanos prepararon una invasión a Cuba. Supuestamente se trataba de cubanos descontentos con el gobierno que se rebelaban. La invasión se organizó en Guatemala (donde EEUU había realizado una operación similar unos años atrás y había tenido éxito) y el lugar de la invasión fue Playa Girón (Bahía Cochinos). Pero la defensa realizada por el nuevo ejército cubano y la falta de apoyo a los invasores, hizo fracasar el plan.

Poco después Fidel Castro anunciaba la orientación socialista de su gobierno. Los sectores políticos que apoyaban la revolución formaron el Partido Comunista de Cuba que quedó como partido único.

Los primeros años de la revolución.-

En el plano económico se puso en marcha una reforma agraria que eliminó los latifundios. Se expropiaron las posesiones de más de 400 hectáreas y se repartieron entre pequeños propietarios y cooperativas.

Se estatizaron las grandes empresas industriales (por ejemplo las tabacaleras), los grandes almacenes, los bancos y las compañías eléctricas y telefónicas.

En la educación fue sin duda donde se observaron más logros. En Cuba, antes de la revolución, el 23% de la población no sabía leer ni escribir y de los niños en edad de ir a la escuela sólo la mitad lo hacía. El gobierno de Castro se propuso erradicar el analfabetismo. El año 1961 se declaró “Año de la educación”, se organizaron brigadas de jóvenes estudiantes y fueron enviadas por toda la isla para alfabetizar a la población. Unos 270 mil jóvenes participaron como brigadistas y al finalizar el año habían logrado alfabetizar a casi todos los analfabetos.

Desde el punto de vista político, luego del acercamiento a la URSS, Cuba se organizó siguiendo el modelo soviético: partido único, elecciones indirectas, imposibilidad de oposición o críticas fuera del partido. El Partido Comunista les dio a los revolucionarios la organización de la que carecían en un primer momento. El apoyo popular fue canalizado a través d e los Comités de Defensa de la Revolución, creados a nivel barrial

De Sierra Maestra a Los Andes.- En muchos países de América Latina los sectores políticos desconformes con la situación económica y social, vieron en la revolución cubana un modelo a seguir. En algunos casos porque no existía un sistema electoral que les garantizase la posibilidad de llegar al gobierno por esa vía; en otros por que se buscó un camino rápido para tener el poder y comenzar con las reformas, los sectores radicales se plantearon recurrir a la lucha armada.

Se trataba de sectores políticos nacionalistas, antiimperialistas y de tendencias populistas, algunos de origen socialista, aunque en general los partidos comunistas de América Latina se mantuvieron al margen y tuvieron una visión crítica de los movimientos guerrilleros.

Siguiendo al pie de la letra el análisis teórico realizado por Ernesto Che Guevara y el francés Regis Debray, se plantearon crear “focos” rebeldes en zonas de difícil acceso para las fuerzas militares (selvas, montañas) y allí formar una “zona liberada” donde los rebeldes establecerían su propio gobierno. Esas zonas, contando con el apoyo campesino, se irían extendiendo hasta tomar todo el país y lograr la derrota del gobierno. Para eso era necesario entrenarse y armarse.

La guerrilla tuvo como principales protagonistas a jóvenes, muchos de ellos intelectuales, de clase media, que tomaban como punto de referencia héroes históricos (Bolívar, Artigas, etc) y a los más recientes revolucionarios: Fidel Castro, el “Che” Guevara, el líder revolucionario chino Mao Zedong, el líder revolucionario de Vietnam Ho Chi Minh. Sus propuestas políticas eran simples y atractivas: reforma agraria, justicia social, antiimperialismo.

El gobierno cubano, con quien habían roto relaciones casi todos los países de América Latina (obedeciendo las presiones de EEUU), apoyó a las guerrillas. Primero fue un respaldo moral y luego el apoyo material entrenando guerrilleros. En La Habana se creó la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) con la finalidad de reunir a todos los movimientos guerrilleros y antiimperialistas del continente. En 1967 la OLAS se planteó como objetivo transformar a la cordillera de Los Andes en la Sierra Maestra de América del Sur. O como dijo Guevara “crear dos, tres, muchos Vietnam”, haciendo referencia a la lucha que aquel país sostenía contra EEUU. En Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Argentina, se crearon guerrillas rurales. En otros países como Brasil y Uruguay apareció otra versión del “foco”: la guerrilla urbana.

En Bolivia la guerrilla contó con la participación del propio Ernesto Che Guevara quien consideraba que la situación geográfica y social de aquel país lo hacían el más apto para comenzar un movimiento que después se extendería al resto de los países. Pero la falta de apoyo de los campesinos y el poco respaldo político, aislaron a la guerrilla que fue derrotada tras la muerte del “Che” Guevara (8 de octubre de 1967).

En Perú la inestabilidad política se unió a movimientos populares campesinos surgidos en la zona de la sierra. Estudiantes y universitarios se establecieron en la zona y dirigieron la guerrilla, ocupando latifundios. Pero la acción del ejército y los escuadrones de la muerte (organizaciones creadas por los latifundistas para asesinar a los campesinos rebeldes) pusieron fin a la guerrilla.

En Colombia se vivieron años de mucha violencia política por la guerra entre conservadores y liberales, hasta que los dos bandos llegaron a un acuerdo para sucederse ne el gobierno, así que la lucha armada no era novedad para los colombianos. Las situaciones que se vivían entre los campesinos eran similares a la de otros países de Latinoamérica. En la amplia zona selvática que posee Colombia se formaron varios grupos guerrilleros, siendo los más importantes el Ejército de Liberación Nacional, dirigido por el sacerdote Camilo Torres, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Esta ha llegado a dominar un parte considerable del territorio colombiano y es en la actualidad el movimiento guerrillero más antiguo de América Latina.



En Uruguay la crisis económica golpeó duramente a los sectores más bajos y a la clase media. La década del 60 se inició con una creciente ola de reclamos y violencia. Se perdió la convivencia pacífica rompiéndose la negociación que había caracterizado a la política de este país. La principal organización armada fue el Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros), integrada mayoritariamente por miembros de la clase media, estudiantes, profesionales universitarios. Uno de los fundadores de la guerrilla tupamara, Raul Sendic, inició su acción en el norte del país, entre los trabajadores de los cultivos de caña de azúcar, “los peludos”, organizando varias marchas sobre Montevideo. Entre 1969 y 1972 el MLN desarrolló un enfrentamiento violento con la policía y el ejército. En 1972 el presidente Juan María Bordaberry declaró el estado de guerra interno y la ofensiva del ejército terminó con el movimiento guerrillero.



LA POLITICA DE EEUU PARA AMERICA LATINA

Luego de la Segunda Guerra Mundial llegó la decadencia de Europa. En América Latina Inglaterra perdió su influencia y fue sustituida por EEUU, que pasó a ser el proveedor de préstamos y el principal mercado para las exportaciones latinoamericanas.

Para canalizar y legitimar la influencia norteamericana en la región, se crearon una serie de organismos, que “ataban” a los paises latinoamericanos a las decisiones tomadas en Washington. En 1947 se firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que establecía un acuerdo de defensa militar entre los países firmantes. En 1948 se firmó la Carta de Bogotá por la cual se creaba la Organización de Estados Americanos (OEA) con el objetivo de solucionar los conflictos regionales y estimular la cooperación entre los países americanos. En ambos organismos era innegable la supremacía de EEUU sobre los otros países de la región y eran parte de las alianzas surgidas con la Guerra Fría.

EEUU estaba interesado que la situación política de los países americanos no tuviera muchos cambios para evitar una modificación en la relación de fuerzas con la URSS. Además había zonas donde existía un interés estratégico desde hacía mucho tiempo: el mar Caribe y Centroamérica. Ambas zonas estaban cercanas a EEUU y, en el caso de Centroamérica, allí se encontraba el Canal de Panamá que permitía la comunicación marítima de las dos costas norteamericanas. Además estaba el interés económico: América Latina suministraba materias primas y alimentos y recibía productos e inversiones de capital de EEUU.

Antes de la Segunda Guerra Mundial las intervenciones militares norteamericanas habían sido frecuentes en la región del Caribe y América Central; eran los años de la “política del garrote” iniciada por el presidente Thedoro Roosevelt a comienzos del siglo XX. A partir de 1933 las intervenciones militares fueron dejadas de lado por el presidente Franklin Roosevelt que inició la política de “buena vecindad”. EEUU recurrió a la diplomacia y las presiones económicas para mantener y aumentar su influencia.

Pero la Guerra Fría trajo nuevamente las intervenciones militares, aunque algunas fueran disimuladas. En 1954 en Guatemala el presidente electo por la mayoría de la población de ese país, Jacobo Arbenz, inició una reforma agraria que afectaba los intereses de la empresa norteamericana United Fruit. El gobierno norteamericano lanzó una ofensiva para desestabilizar y hacer caer ese gobierno, con una rebelión militar apoyada por la aviación norteamericana. EEUU justificó su accionar señalando que en Guatemala había una “infiltración comunista”. La acusación fue usada luego reiteradamente para justificar otras intervenciones y atacar a quines molestaban los intereses norteamericanos.

El triunfo de la revolución cubana, su enfrentamiento a los intereses de EEUU y el fracaso de una invasión para derribar al gobierno revolucionario, trajo novedades en las relaciones norteamericanas con Latinoamérica.

La Alianza Para el Progreso.- Poco después de asumir la presidencia de EEUU, John Kennedy dio a conocer sus intenciones de ayudar Latinoamérica. En febrero de 1961 envió a dos de sus principales asesores, Schlessinger y Mac Govern, para que realizaran un informe de la situación en la región. El informe no dejaba dudas sobre los problemas latinoamericanos. Allí se decía que de los 200 millones de habitantes, la mitad eran analfabetos; un 2% poseía el 50% de la riqueza, mientras que el 70% de la población vivía en la pobreza. En una reunión celebrada con los embajadores de los países de América Latina en Washington, Kennedy reconoció que los norteamericanos y muchos latinoamericanos aún no habían entendido la “urgente necesidad de liberar al pueblo de la pobreza, la ignorancia y la desesperación”.

En agosto de 1961 (pocos meses después de haber fracasado el intento de invasión a Cuba), se reunió en Punta del Este el Consejo Interamericano Económico y Social (CIES), organismo dependiente d ela Organización de Estado Americanos. Allí se discutió la propuesta de Kennedy y se aprobó con 20 votos a favor y la abstención de Cuba (que aún era miembro de la OEA).

El documento establecía la creación de una Alianza Para el Progreso (ALPRO) donde los países se comprometían a: fortalecer el sistema democrático, elevar el nivel de vida de la población, ampliar el número de viviendas, asegurar una justa remuneración para los trabajadores, acabar con el analfabetismo, impulsar reformas agrarias, estimular la empresa privada, acelerar la integración comercial y desarrollar programas de salud para prevenir enfermedades. El texto de la Alianza iba acompañado por otro documento conocido como Carta de Punta del Este donde se establecía un plazo de diez años para llevar adelante las reformas. Durante esos años se invertirían 100 mil millones de dólares: 80 mil millones los pondría A. Latina, 10 mil millones provenían de EEUU y los otros 10 mil millones de otras fuentes.

El delegado cubano a la reunión, Ernesto “Che” Guevara, fundamentó su abstención señalando que si bien compartía la declaración, creía que la Alianza fracasaría. Indicó que los préstamos de EEUU sólo fomentarían a las empresas privadas, y en especial a las norteamericanas establecidas en Latinoamérica; como estas empresas enviaban sus ganancias hacia EEUU, el dinero volvería hacia allá y no quedaría en los países pobres. Agregó que los precios de las materias primas exportadas por A. Latina seguirían bajando, la balanza comercial sería desfavorable y aumentaría el desempleo. “El desempleo -señalaba Guevara- significa una baja de los salarios; empieza la inflación y, entonces, en casi todos los países de América Latina entrará a jugar un papel preponderante el Fondo Monetario Internacional”.

Ocho años después de que la ALPRO se iniciara, un informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina, organismo de Naciones Unidas) señaló que los dólares que ingresaban a Latinoamérica por los planes de ayuda ran menos que los que salían rumbo a EEUU como ganancias de las inversiones realizadas por empresa norteamericanas. En abril de 1970 el senador norteamericano Edward Kennedy, hermano del impulsor de la Alianza, reconoció que “La ALPRO es un fiasco. Más del 30% de los habitantes de A. Latina mueren antes de los 40 años. La miseria, la alimentación insuficiente y las enfermedades consumen las fuerzas y las energías. El ritmo de crecimiento económico alcanzó en el decenio anterior un promedio de 1,8% anual. Es menor al que existía antes de la ALPRO. La tierra permanece en manos de una ínfima minoría”.



LAS DICTADURAS MILITARES



Las dictaduras no eran una novedad para A. Latina porque se venían dando desde la independencia en el siglo XIX. Fue algo común el surgimiento de “hombres fuertes”, caudillos o jefes militares que se imponían por la fuerza, su carisma y su poder económico. No sólo se trataba de dictaduras personales sino de gobiernos de fuerza impuestos por los sectores poderosos para mantener su poder cuando se sentían amenazados.

En los años 60 y en particular en los 70 A. Latina vivió una ola de dictaduras con características especiales, basadas en la Doctrina de la Seguridad Nacional, que interpretaba la situación mundial como una lucha entre el Mundo Occidental (capitalista, cristiano,”libre”) y el Mundo Oriental (comunista, marxista, totalitario). Esas dictaduras crearon la Doctrina de la Seguridad Nacional para justificar la toma violenta del poder y el uso de la represión (cárcel, tortura, desapariciones, censura) contra quienes consideraban “subversivos”.

¿Cuáles fueron los factores de estas dictaduras? Hubo factores propios de cada país, pero hay factores generales que se pueden usar para explicar el origen de casi todas ellas. Hubo una combinación de crisis económica, social y política y factores externos.

Los sectores populares perjudicados por el estancamiento económico que se venía dando desde los años 50, comenzaron a organizarse para que sus reclamos fueran atendidos: los sindicatos se unieron, se enfrentaron con las empresas y estas usaron la represión policial. Las clases medias también manifestaron su descontento por la crisis que bajaba su nivel de vida. Algunos sectores de clase media se unieron a las clases populares en sus reclamos y formaron “frentes populares” como una alternativa a los partidos políticos existentes. Otros, incrédulos con el sistema electoral, buscaron la alternativa de una salida a la fuerza en dos direcciones: la revolución armada (la guerrilla foquista) o los gobiernos autoritarios.

Los grupos económicamente dominantes estuvieron divididos, no sabían como enfrentar la crisis y sus consecuencias sociales. Perdieron la capacidad de imponer su liderazgo y crear un modelo de país que fuera aceptado por los demás sectores de la sociedad. Temían a las movilizaciones de los obreros y a la radicalización de las clases medias, por lo tanto buscaron imponer el orden por cualquier medio.

Las empresas multinacionales que invertían en América Latina también querían el orden y la estabilidad social, por lo tanto apoyaron gobiernos autoritarios. Hay autores que marcan el interés de la banca para invertir el dinero sobrante en los países desarrollados (por los depósitos de los árabes luego de la suba del petróleo) en los países latinoamericanos. Esas inversiones necesitaban una sociedad tranquila, sin posibilidad de cambios de gobiernos bruscos y que asegurara el retiro las ganancias.

La revolución cubana y el apoyo de Cuba a las guerrillas también incidió. Fue causa y excusa para que los militares aumentaran su poder. Además EEUU no podía permitir que el ejemplo cubano se difundiera por A Latina, porque eso significaría perder el control de la región. Por lo tanto apoyó a los gobiernos de fuerza que destruyeran a las guerrillas y que acabaran con las movilizaciones populares que podían desembocar en situaciones revolucionarias. EEUU se vinculó con los ejércitos latinoamericanos a través de los cursos para oficiales que se daban en escuelas militares norteamericanas, especialmente la ubicada en el Canal de Panamá.

Características de los gobiernos militares.- Si bien los diferentes regímenes tuvieron su propia identidad, presentaron características comunes:

- Forma ilegal de acceder al poder (golpe de estado).

- Eliminación de los parlamentos, suspensión de los derechos individuales, prohibición de los partidos políticos, persecución de los opositores al régimen. Fueron graves los casos de tortura, asesinato y desaparición de personas realizadas por estos gobiernos.

- Concentración del poder en manos del Poder Ejecutivo. Este, en la mayoría de los casos fue ocupado por jefes militares, pero en algún caso se designaban civiles, aunque el mando real siempre estaba en manos de las juntas militares.

- Dominio militar de los organismos estatales, designando interventores militares para hacerse cargo de ellos.

- Política económica neoliberal, aunque su aplicación mostró variantes de una país a otro.

El historiador francés Alain Rouquié distingue cuatro tipos distintos de dictaduras en A. Latina:

a) El modelo patrimonial de las dictaduras familiares, que buscan la formación de una dinastía gobernante que usa el poder para enriquecerse. Es el tipo de dictadura clásica de América Latina, la que se venía dando desde el siglo XIX. Por ejemplo la familia Somoza en Nicaragua o Duvalier en Haití.

b) Las dictaduras que se presentan como “revoluciones desde arriba” con un programa reformista de tipo populista. El ejemplo es la dictadura de Velazco Alvarado en Perú, vista con simpatía por algunos sectores de izquierda por su política nacionalista y antiimperialista.

c) Los regímenes burocráticos desarrollistas, que intentaron imponer por la fuerza un modelo de desarrollo asociándose al capital extranjero y eliminaron cualquier tipo de oposición dentro de su país. Por ejemplo el Brasil a partir de 1964.

d) las dictaduras terroristas y neoliberales, que son las dictaduras que se dieron en los años 70, por ejemplo en Chile, Argentina y Uruguay. Son estas dictaduras las que presentan más claramente las características señaladas anteriormente.







AMÉRICA LATINA A FINES DEL SIGLO XX



LA RECUPERACION INSTITUCIONAL

Las dictaduras latinoamericanas comenzaron a dar signos de agotamiento desde fines de la década del 70. En 1979 el gobierno militar ecuatoriano pemitió las elecciones. El mismo año en Nicaragua la revolución encabezada por el sandinismo derrocó al dictador Anastasio Somoza. En Perú en 1980, en Honduras en 1981 y en Bolivia en 1982, los militares cedieron el gobierno a civiles elegidos en elecciones. La dictadura argentina se desmoronó a partir del fracaso de la Guerra de las Malvinas. Uruguay y Brasil tuvieron elecciones en 1984 y Chile en 1989. También ese año cayó la dictadura de Strossner en Paraguay.

De esta manera y en el lapso de una década, las naciones de América latina retornaron a sus instituciones políticas establecidas en las constituciones. La retirada de los gobiernos militares fue fruto de factores mundiales, regionales y locales.

El primero fue el aumento de la deuda externa que acentuó los problemas económicos. Sectores de la población, que anteriormente habían apoyado, o visto con indiferencia, los golpes de estado, ahora le negaban legitimidad a esos gobiernos.



Otro factor fue la política para la región llevada adelante por el gobierno de EEUU. El presidente Jimmy Carter (1976-1980) dio más importancia a un cambio democrático en América Latina, fundamentalmente en lo concerniente a los derechos humanos. Los gobiernos posteriores, el de Ronald Reagan (1981-1989) y George Bush (1989-1993) , si bien no compartían la postura de Carter a favor de los derechos humanos, mantuvieron el apoyo a la desmilitarización.

Además de estos dos factores, fueron decisivas las circunstancias particulares de cada país. En algunos casos, como en Argentina y Bolivia la transición hacia los gobiernos civiles fue desencadenada por el fracaso y la división de los militares. En otros casos, como Brasil, Uruguay y Chile, los gobiernos militares consiguieron imponer una transición negociada. Uno de los puntos críticos de la negociación fue la limitación de las investigaciones sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas por los gobiernos militares. La amnistía de los militares ha sido uno de los problemas que han tenido que enfrentar y resolver los nuevos gobiernos.



LA DEUDA EXTERNA

Las causas.- En la década del 70 los países latinoamericanos tenían una enorme necesidad de dinero para sostener su economía. Ese dinero lo obtuvieron de los grandes bancos internacionales. Estos bancos facilitaron los créditos con el fin de obtener ganancias de las grandes sumas de dinero depositadas en ellos por los países árabes enriquecidos por la suba del precio del petróleo. A los bancos les servía incluso prestar dinero con interés bajo y plazos largos, antes de que los capitales quedaran inmovilizados sin dar ninguna ganancia.



Los países que recibieron esos préstamos, muchos de los cuales eran gobernados por dictaduras, no se encontraban en condiciones de devolver el dinero prestado, puesto que la mayor parte de ese dinero no se dedicó a actividades productivas capaces de generar las ganancias necesarias para pagar la deuda.

Para pagar las deudas contraídas se recurrió a nuevos préstamos o refinanciando en condiciones menos favorables. De esta manera la deuda fue aumentando cada vez más y se hizo difícil pagar los intereses. La situación se agravó por:

- La caída de los precios de los productos exportados por los países de A. Latina. Por lo tanto fue necesario aumentar la cantidad de los productos exportados para poder recibir fondos frescos.

- La fuga de capitales que entre 1970 y 1985 fue de 100 mil millones de dólares, o sea una cuarta parte de la deuda.

- El aumento de la tasa de interés en los países desarrollados, lo que provoca automáticamente un aumento en la deuda.

Las consecuencias.- En los años 80 se hicieron sentir los efectos de la deuda. En diez años el dinero adeudado se había multiplicado por diez, pasando de 20 mil millones de dólares en 1970, a 200 mil millones de dólares en 1980. Para poder pagar los gobiernos aplicaron políticas de ajuste, provocando la caída de los salarios y desocupación. Los estados redujeron sus gastos en actividades de apoyo a los sectores más carenciados y dejaron de hacer obras de infraestructura.

En la conferencia de L a Habana de 1985 muchos presidentes latinoamericanos declararon la necesidad de un cambio en el orden económico internacional, aunque ninguno acompañó el planteo del dirigente cubano Fidel Castro de que la deuda era impagable. Posteriormente el gobierno de Perú propuso que sólo se pagara por año el 10% de lo que ingresaba por las exportaciones, Venezuela solicitó un plazo de 30 años para pagar la deuda y México se declaró en quiebra.

El Fondo Monetario Internacional respondió enérgicamente, culpando a los deudores de dilapidar el dinero por sus políticas económicas y amenazando con cortar todos los préstamos a aquellos que no pagaran con puntualidad. Los bancos y el FMI impusieron estrictas condiciones para otorgar nuevos préstamos, obligando a los gobiernos a emprende profundas reformas económicas. Estas reformas se basan en el liberalismo económico (neoliberalismo) impulsado por los economistas de la Universidad de Chicago con Milton Friedman a la cabeza. Las medidas “recomendadas” a los gobiernos son:

- Reducir el papel del estado en la economía privatizando empresas estatales y desregulando la economía (dejando la iniciativa a las empresas privadas, no fijando el valor de la moneda, etc).

- Abrir las economías al mercado y a las inversiones extranjeras.

- Reducir la emisión de moneda para limitar la cantidad de circulante y de esa manera, al reducir el consumo, mantener los precios y evitar la inflación (política deflacionista).



EL PROBLEMA DE LA TIERRA

En el campo se ha mantenido el latifundio como en la época colonial y apenas se aprecian algunos cambios. Tradicionalmente el latifundio iba acompañado por el minifundio: los campesinos pobres tenían su pequeña parcela de tierra que trabajaban para alimentarse, pero como esto no alcanzaba, trabajaban como peones en los grandes haciendas a cambio de un salario. Los salarios eran extremadamente bajos, no existía legislación laboral que los protegiera y las condiciones de trabajo eran similares a la de la esclavitud. En muchas d estas grandes haciendas existían comercios, propiedad del propietario de la tierra, donde los campesinos compraban y se endeudaban por los altos precios. Al cobrar su salario el peón se encontraba endeudado y tenía que seguir trabajando para pagar la deuda.

El proceso de industrialización iniciado en los años 30 y 40 introdujo algunos cambios a esta situación. La industria requería una mayor producción agraria que asegurara materia prima barata, por lo tanto se requería una modernización. Además la situación de miseria de los campesinos se multiplicaba con el aumento d ela población rural, y esto llevaba a rebeliones y violencia que podía perjudicar a la producción.



Por estas razones, para aumentar la producción, se necesitaba una transformación en el sistema de explotación de la tierra, usando métodos “más capitalistas”. Los latifundios no desaparecieron, pero se mecanizaron; la tecnología desplazó a la mano de obra no capacitada y aumentó la migración de campesinos hacia la ciudad. Los campesinos que quedaban eran asalariados y no tenían tierras propias.

En algunos países se aplicaron o se intentaron aplicar reformas agrarias. En muchos casos la entrega de tierras a los campesinos fue sólo una promesa; cuando se entregaban eran las tierras menos productivas, en zonas desérticas, y además no se les entregaban los recursos básicos para hacerlas producir (maquinaria, semillas, apoyo técnico, etc).

En muchos países latinoamericanos los campesinos se han organizado y siguen reclamando su derecho a la tierra. En la zona andina, los campesinos, que son indígenas, se han organizado en comunidades de acuerdo a sus costumbres y reclaman su derecho a la tierra de sus antepasados para trabajarlas colectivamente. En México, la tierra es uno de los reclamos de los zapatistas que se rebelaron en la región de Chiapas.

En Brasil se ha organizado el Movimiento de los Sin Tierra, que en varias ocasiones ha ocupado latifundios improductivos para trabajarlos. La situación de Brasil es de las más graves. El 80% de la tierra está ocupado por sólo el 10% de los propietarios; de este porcentaje, cerca del 85% de la tierra se mantiene improductiva. Al mismo tiempo unos 30 millones de campesinos se encuentran en situación de extrema pobreza.



SITUACIÓN DE LOS INDÍGENAS

La situación del indígena no es la misma en todo el continente. En las regiones donde habían alcanzado un grado de evolución importante y habían formado sociedades numerosas antes de la colonización, los indígenas siguen siendo la mayoría de la población o buena parte de ella junto a los mestizos (México, casi toda Centroamérica, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay). Con la independencia, la situación de los indígenas de esta zona no tuvo cambios importantes. La mayoría indígena ha sido y continua siendo campesinos sin tierra u ocupante de las peores tierras.

En las regiones donde el indígena tenía un menor grado de evolución, no era considerado apto para trabajar y opuso mayor resistencia, fueron desplazados hacia las zonas más alejadas (Brasil) o simplemente fueron exterminados o reducidos a su mínima expresión (Uruguay, Argentina). Estas zonas, además, recibieron en el correr del siglo XIX, importante cantidad de inmigrantes, por lo que la presencia indígena era considerada negativa e innecesaria. Se señaló como una ventaja, frente a otros países latinoamericanos, el no poseer el “problema del indio”.

Considerar a los indígenas como un problema es parte de la discriminación racial que aún existe en Latinoamérica. A pesar de que el mestizaje es una de las características que identificaban a la región, el color de la piel sigue determinando el lugar que se tiene en la sociedad. Cuanto más rasgos de blanco se tienen, mayores posibilidades de ascenso social existen.

A partir de los años 40, en países como México, Guatemala, Ecuador, Perú y Bolivia, los populistas tomaron en cuenta, al menos en el discurso, la situación india y reclamaron su integración a la sociedad. Los populistas reclamaban el derecho de los indígenas a la tierra, no sólo porque históricamente les pertenecía , sino porque su dependencia de los latifundistas los mantenía pobres, ignorantes, no integrados a la sociedad de consumo. Esta postura a favor del indígena tuvo eco a nivel de los intelectuales dando origen a al indigenismo.

En 1940 en Pazcuaro, México, se realizó el primer Congreso Indigenista con delegados de todo el continente. Participaron políticos, científicos, pero ninguna comunidad india estuvo representada.

A partir de los años 70 se han realizado conferencias de organizaciones representativas de los indígenas, es decir donde los indígenas han participado directamente. En ellas se han venido planteando los reclamos de los indígenas, hechos por los propios indígenas:

- El respeto a las tradiciones culturales; no basta que el indígena sobreviva fisicamente, sino que pueda vivir como indígena, con sus costumbres, su idioma, su religión. Al concepto de genocidio, los indígenas han incorporado el de etnocidio, es decir, la destrucción de una cultura.

- La relación entre el indígena y la tierra no debe hacerse mediante planes elaborados “desde arriba”, por el gobierno o por los técnicos, sino que debe hacerse con los criterios que los propios indígenas suministran. Los indígenas deben planificar y decidir como distribuir la tierra y como trabajarla.

- Se de be reconocer la autonomía de las culturas indígenas. Los indígenas no se consideran peruanos, bolivianos, guatemaltecos, etc, sino quechuas, aimarás, quitchés, etc. Sus “fronteras” como pueblos, no coinciden con las fronteras geográficas de los países.



La situación de los indígenas menos evolucionados, los que huyeron hacia los lugares más apartados de las selvas y las montañas, ha empeorado en las últimas décadas. Por ejemplo en Brasil, en los años 70, comenzó la tala y quema de extensas zonas de la Amazonia. El objetivo era convertir esa zona en tierra de cultivo y ganadería por lo tanto se echó a los indios que habían sobrevivido semiocultos en la selva. Los indios que “molestan” son asesinados.

La presencia de oro en la selva ha agravado la situación indígena. Las condiciones de pobreza y miseria que se viven en Brasil ha empujado a muchos pobres a dedicarse a la búsqueda artesanal del oro: los “garimpeiros”. Estos se han dirigido hacia la selva para buscar pepitas de oro que luego venden a las empresas dedicadas a comercializar metales preciosos. La búsqueda de oro los ha llevado a invadir la tierra de los indígenas; estos no han aceptado su presencia y se han dado enfrentamientos de pobres contra pobres.







EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA Y URBANIZACIÓN

El rápido crecimiento de la población latinoamericana se ha convertido en un problema. El crecimiento de población no es parejo en todo el continente. Si bien hasta la primera mitad del siglo la llamada América Blanca registraba un aumento vigoroso de la población por la llegada de inmigrantes europeos, a partir de la segunda mitad del siglo, el mayor crecimiento de ha dado en las zonas más pobres, donde habitan indígenas, mestizos y negros.

La alta natalidad se ha asociado con un descenso de la mortalidad provocando una explosión demográfica.

El crecimiento de población ha sido mayor en las ciudades debido a la migración desde el campo. La búsqueda de empleo y la necesidad de mejorar las condiciones de vida, así como la imagen que de la ciudad se ha proyectado en el campo (comodidades, entretenimiento, etc) han sido las causas de el éxodo rural. Durante la industrialización llevada a cabo en los años 30 y 40, esa mano de obra tarde o temprano era absorbida; pero el estancamiento producido en los años 60 y la posterior crisis que desmanteló las fábricas, obliga a los recién llegados a permanecer igual o peor que en el campo, sobreviviendo en las orillas de las ciudades en viviendas precarias, desempleados o subempleados.

El aumento de población no sería tan grave sino fuera por que acompaña a otros fenómenos sociales como el analfabetismo, los problemas sanitarios y la pobreza.

En 1980 había 45 millones de analfabetos en A. Latina, lo que representaba el 20% de la población. El analfabetismo es muy bajo en algunos países, como los del cono sur (Argentina, Uruguay, Chile) y Cuba, pero es muy alto en los países andinos, Centroamérica y algunos países del Caribe, como Haití con 70% de analfabetos. Incluso países con desarrollo industrial como México y Brasil tienen porcentajes que superan el 20%.

El habitante analfabeto es también el más pobre, el peor alimentado y el más marginado. No saber leer ni escribir lo obliga a tener trabajaos mal pagados (si los consigue). Lo peor es que su condición puede trasmitirse a sus hijos.

Otro problema es el abandono que los niños y adolescentes hacen de sus estudios. La mitad de los escolares de A. Latina no pasan de cuarto año escolar (30 millones en 1980). Sus conocimientos son mínimos y la mayoría están en situación similar a la del analfabeto, mano d e obra no calificada y barata.

Aún son comunes en América Latina enfermedades que se podrían evitar con una simple vacuna. Por ejemplo el sarampión, que en 1980 provocaba en algunos países latinoamericanos 2500 muertes más que en los países desarrollados. Enfermedades que parecían erradicadas, como el cólera, tuvieron rebrotes en la década del 90.

La Organización Panamericana de la salud estimaba en los años 80 que la mitad de los niños latinoamericanos no se podían considerar normales en su nutrición. La desnutrición afecta a gran cantidad de mujeres embarazadas (30% en 1983), por lo tanto hay niños que nacen mal nutridos. Los que no mueren de hambre en su primera infancia (se calcula que muere un niño por minuto), tendrán enfermedades, defectos físicos, deficiencias mentales, ceguera y menos posibilidades de vida.

En los años 80 un niño latinoamericano tenía una esperanza de vida promedio de 62 años, frente a 73 si hubiera nacido en EEUU. Claro que hay diferencias dentro de los países de A. Latina: si nacía en Uruguay su esperanza de vida subía a 70 años, pero si nacía en Haití su esperanza de vida se reducía a 40 años.





La economía mundial después de 1973

LA ECONOMÍA MUNDAL DESPUÉS DE 1973


LA CRISIS DE LOS AÑOS SETENTA
A principios de la década de 1970, las condiciones que habían permitido el crecimiento económico dieron señales de agotamiento. Las causas de esta crisis, que se extendió hasta los años 90 fueron explicadas de diferente manera. Algunos hicieron hincapié en el fin del petróleo barato, otros en las innovaciones tecnológicas que generaron desempleo, otros en el crecimiento de los salarios que provocaron inflación, etc. Después de más de veinte años de crecimiento sostenido se produjo un estancamiento y los empresarios —para no dejar de ganar tanto— transfirieron la disminución de sus ganancias a los otros sectores de la sociedad: los trabajadores, el Estado, etc.
La crisis del sistema monetario.-
El primer problema se evidenció en 1971 cuando EEUU devaluó el dólar abandonando su convertibilidad en oro.
Los grandes gastos de los gobiernos de EEUU, y especialmente los gastos ocasionados por la carrera armamanetista de la Guerra Fría (y sobretodo los gastos por la intervención en Vietnam), crearon un déficit (más gastos que ingresos) en ese país.
Para cubrir el déficit, EEUU creó más dólares, muchos más de los que podía respaldar con oro. Como EEUU pagaba lo que importaba con dólares, esta moneda inundó el mundo. En 1971 había más de 62 mil millones de dólares fuera de EEUU, mientras que sus reservas en oro llegaban a 10 millones. Los países de Europa Occidental trataban de convertir los dólares que circulaban en sus países en oro, enviando los billetes de la moneda norteamericana a EEUU. Así lo hacían desde 1945, pero, en 1971, el presidente de EEUU, Richard Nixon, suspendió la conversión de dólares en oro y devaluó el valor del dólar.
Los países europeos se negaron a acompañar la devaluación del dólar devaluando sus monedas y adoptaron un sistema de cambio de moneda flotante. El sistema creado en Breton Wood se venía abajo.
La crisis del petróleo.-
Otro problema se sumó en 1973 con el aumento del precio del petróleo que terminó con la energía barata. Los países capitalistas avanzados habían basado su crecimiento industrial en el uso del petróleo, una energía barata. Salvo EEUU, que poseía sus propias reservas (aunque también importaba), el resto de las potencias occidentales dependían del abastecimiento de petróleo desde otros países.
Los países árabes y Venezuela suministraban el 40% del petróleo mundial. Estos países habían decidido en 1960, crear una organización para defender sus intereses económicos: la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Los países árabes, que eran el grupo mayoritario dentro de la OPEP, respondieron al apoyo brindado por EEUU y Europa Occidental a Israel (que estaba en guerra con los países árabes) con un incremento del precio del petróleo; además se decidió limitar la cantidad de petróleo extraído. Entre 1973 y 1974 el precio del petróleo se multiplicó por cuatro. En 1979, al producirse la revolución islámica en Irán (que provocó la caída del emperador de Irán amigo de los gobiernos occidentales), el precio volvió a dar un salto. El precio del barril de petróleo que en 1973 estaba a casi 3 dólares, pasó a costar 30 dólares en 1980.
Como el petróleo era la principal fuente de energía, su aumento produjo serias consecuencias en las economías de los países industrializados que dependían de la importación de petróleo para su funcionamiento. Importantes restricciones en el consumo de energía, además del lógico encarecimiento de la misma, afectaron tanto a la industria como la vida diaria de la gente que no podía utilizar su automóvil o tenía horarios limitados para ver televisión o para hacer uso de otros electrodomésticos.
EEUU fue uno de los más afectados. Las ciudades norteamericanas, muy extendidas, con enormes núcleos urbanos de casas residenciales dispersas, dependían del automóvil como principal medio de transporte, de modo que se utilizaban combustible de forma masiva. Entre 1945 y finales de los años '70, Occidente y Japón consumían más petróleo que nunca. Sólo en Estados Unidos, el consumo se había duplicado entre 1945 y 1974. Con un 6% de la población mundial, EEUU consumía el 33% de la energía de todo el mundo. El consumo diario disminuyó en un 6,1% entre septiembre y febrero, y un 7% durante el verano de 1974, cuando Estados Unidos sufrió el primer período de escasez de combustible desde la Segunda Guerra Mundial. Las escuelas y oficinas en EEUU tuvieron que cerrar a menudo para ahorrar el combustible de la calefacción, y las fábricas tuvieron que reducir la producción y despedir trabajadores. En Francia, la crisis del petróleo puso fin al período conocido como “Los Treinta Gloriosos”, los últimos 30 años de alto crecimiento económico, y comenzaron los años de desempleo permanente.
Pero antes de la suba del precio del petróleo la rentabilidad de las empresas ya había disminuido, por lo tanto no fue la crisis del petróleo el único o el principal motivo de la crisis económica. Si aceleró un proceso ya iniciado de estancamiento e inflación.
Los países capitalistas se vieron afectados al disminuir la tasa de ganancia de las empresas. Los precios aumentaron (inflación) y también el desempleo. La crisis terminó con el pleno empleo que se venía dando desde la Segunda Guerra Mundial. La combinación del bajo crecimiento económico y el desempleo, puso en dificultades al estado de bienestar: mientras disminuían los ingresos del estado por que había menos empresas pagando impuestos, aumentaban las demandas sociales, por ejemplo los seguros de desempleo. Mientras había altas ganancias, a las empresas no les importaba distribuir parte de esa ganancias, pero ahora que las ganancias eran menores no pensaban igual.
Los gobiernos y los empresarios tomaron medidas para recuperar la ganancia de las empresas y reducir los gastos del estado. Los costos de la crisis fueron pagados por los trabajadores

DESEMPLEO Y EXCLUSIÓN
Las consecuencias de la crisis del petróleo combinadas con las políticas neoliberales y los cambios en la forma de trabajo en las fábricas (robotización, teletrabajo, etc), han provocado la precarización de las relaciones laborales.
El contrato de trabajo estable  por un tiempo indeterminado, que permitía al trabajador “hacer carrera” dentro de una empresa, ir ascendiendo con la antigüedad y mejorar su salario, ha ido desapareciendo. Así como se ha extendido el desempleo, el empleo se ha hecho precario: contratos a termino (sólo por un tiempo determinado o al terminar una tarea), trabajo de jornada parcial (part-time), sub-contratación, etc. El desempleo y la precarización  del empleo provocaron la caída de los salarios y el empobrecimiento de las clases medias y bajas de las zonas industriales. La desocupación y la precarización afectan a todos los trabajadores, pero sobretodo a mujeres y jóvenes.
El crecimiento del Producto Bruto Interno se frenó. En los países desarrollados, que venían creciendo a una tasa del 4% anual, el crecimiento fue menor al 1% e incluso con tasas negativas. Estos países fueron sustituyendo el sector industrial por el de servicios, perdiendo peso las industrias clásicas, que se fueron trasladando hacia países subdesarrollados, fenómeno conocido como “deslocalización industrial”. Esto también afectó el empleo de los países industrializados: se perdieron los empleos vinculados a las fábricas y surgieron otros vinculados a los servicios y especialmente  vinculados a la revolución científico-técnica (programadores, operadores de informática, diseñadores, etc).
En los países de Europa Occidental la crisis provocó la pérdida del gobierno por parte de los partidos socialdemócratas (centro izquierda) y el triunfo de los partidos conservadores. El descontento social y político se canalizó a través de nuevas formas de expresión, como los movimientos ecologistas y feministas. El desempleo y el descontento estimularon el resurgimiento de partidos nacionalistas de extrema derecha y neo-nazis.

EL NEOLIBERALISMO
A partir de la segunda mitad de los años 70 resurgieron las ideas liberales y se pusieron en práctica a través de los gobiernos de los países industrializados en los años 80. Estas ideas fueron conocidas como “neo-liberalismo” haciendo alusión a que intentaban retomar las ideas económicas liberales impulsadas por Adam Smith en el siglo XVIII.
El neoliberalismo fue difundido por un grupo de economistas encabezados por Friedrich Hayek y Milton Friedman. El presidente de EEUU Ronald Reagan y la Primera Ministra de Inglaterra Margaret Tatcher fueron dos de los gobernantes que aplicaron el neoliberalismo a través de la llamada “revolución conservadora”. Los neoliberales sostenían que:
- el estado debía intervenir lo menos posible en la economía;
- se debían privatizar las empresas estatales;
- se debía regular los precios y los salarios por el mercado (oferta y demanda) y no por el estado;
- el estado debía gastar menos en educación, salud y beneficios sociales, para de esa manera cobrar menos impuestos a las empresas y estas, al ver que podían ganar más, invirtieran más y generaran más empleo.
- el estado debía permitir a los empresarios el libre accionar, pero debía limitar la acción de los sindicatos porque estos con sus reclamos perjudicaban la acumulación del capital.
Muchos gobiernos conservadores tanto en países desarrollados como subdesarrollados aplicaron las ideas neoliberales. La desaparición de la URSS y del bloque socialista en los años 90, eliminó la posibilidad de una alternativa distinta para los trabajadores, por lo tanto fue más fácil a los gobiernos capitalistas aplicar medidas que parecían tan impopulares. Además los organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial tomaron las ideas neoliberales como las más acertadas y obligaron a los países a los que daban préstamos a ponerlas en  práctica.

LAS PRIVATIZACIONES EN EUROPA

En Inglaterra a partir de 1979 y en la década del 80 en el resto de Europa, EEUU y Japón, comenzaron procesos en los cuáles el estado abandonó algunas de sus actividades intervensionistas (desregulación) y se desprendió de algunas de sus empresas (privatizaciones).
Privatizar significa dar carácter privado a lo que era estatal. A partir de la aplicación del keynesianismo (estado de bienestar) en los países desarrollados el estado se había hecho cargo de servicios y empresas especialmente en el sector de la energía, los transportes y las telecomunicaciones. En el caso de Europa Occidental, la producción eléctrica, la energía atómica, el gas, el carbón, el petróleo, el ferrocarril, las compañías de aviación eran, en muchos países monopolio estatal.
La intervención del estado en la economía había estado ligada al crecimiento del capitalismo, especialmente luego de las crisis económicas para reconstruir la economía. Con la crisis económica de 1929 el capitalismo había demostrado la inestabilidad que se producía al depender el funcionamiento económico de la oferta y la demanda. La aplicación de las ideas de John Keynes fueron un intento de evitar esa inestabilidad. Así el estado pasó a tener una función importante en la economía y esto había sido una de las causas de los años dorados del capitalismo después de la Segunda Guerra Mundial.
Pero lo que había servido en el marco de economías nacionales dejó de ser eficaz en las economías globalizadas. A comienzos de los años 70 se notaba que el impulso de la demanda interna ya no era suficiente para obtener el crecimiento económico. Había que buscar nuevas actividades que dieran ganancia a las empresas. Los países desarrollados vieron como sus economías se estancaban y los precios subían. El estancamiento económico, combinado con inflación (se le llamó estanflación) era algo novedoso, ya que la inflación siempre se había observado en los momentos de crecimiento (el aumento de la demanda estimulaba el aumento de los precios). En el pasado las crisis que provocaban depresión en la economía (como la de 1929), iban acompañadas de una caída en los precios (deflación, o sea lo contrario a la inflación) porque el estancamiento producía desempleo y disminuía el poder de compra con lo cual caían los precios por disminución de la demanda. Pero esta crisis de los años 70 la recesión económica (estancamiento o depresión) iba acompañada de aumento de precios. En EEUU la inflación pasó del 2,5% anual de los años sesenta, al 8% en los setenta.
Los empresarios privados no tenían interés de invertir en esas condiciones, canalizando su dinero hacia los bancos. El estado se hizo cargo de algunas de las empresas en crisis para evitar el desempleo, pero esto obligó al estado a aumentar sus gastos. La consecuencia fue que provocó déficit fiscal: más egresos que ingresos en los dineros públicos.
Para salir del problema los gobiernos podrían haber aumentado su endeudamiento o haber aumentado los impuestos a las empresas. Pero no se hizo así. Lo que se hizo fue pasar a manos privadas empresas estatales en condiciones tales que aseguraran ganancias a los compradores. Una de las formas en que los compradores de las empresas públicas ganarían era reduciendo sus gastos en seguridad social, reducción de impuestos, obstaculizar las demandas de los trabajadores por salarios, etc.
Esta era la solución que daban los neoliberales, quienes insistían en que la causa del estancamiento era el “tamaño del estado”. El neoliberalismo sostenía que el estado ponía demasiadas barreras a la acumulación de riquezas por parte de los empresarios y estos no tenían estímulos para sus inversiones. Según los neoliberales las empresas estatales eran ineficaces porque no tenían como objetivo la rentabilidad (ganancia) sino otros de tipo social (que un servicio fuera accesible para todos, generar empleos, etc) y eso hacía que el estado cubriera su déficit con impuestos al capital perjudicando a los empresarios. También criticaban los altos costos del estado en política social (salud, vivienda, educación entre otros) y la legislación laboral que amparaba a los trabajadores. Sostenían que las normas laborales al proteger a los empleados provocaban que los empleadores no contrataran más personal.
Por lo tanto los neoliberales proponían: privatizar empresas estatales (supuestamente para reducir los gastos estatales y mejorar la eficiencia), flexibizar la legislación laboral (para aumentar el empleo, aunque exponiendo a los trabajadores a despidos, menos beneficios sociales, etc) y disminuir los salarios (para reducir la demanda y de esa manera bajar la inflación). Para aumentar la ganancia de las empresas había que disciplinar a los trabajadores
Estas posiciones teóricas fueron acompañadas con un “culto al empresario”. A través de los medios de comunicación se proyecta la imagen del empresario como nuevo ídolo social. Se convierten en las publicaciones más vendidas (publicidad mediante) libros con la biografía de empresarios o con las razones de su éxito, fórmulas para ganar dinero, etc. Se incentiva a los jóvenes a ser “yuppies”, jóvenes dinámicos, ganadores, que les gusta ganar dinero y consumir, la cara opuesta de los hippies de los años sesenta.

EL TOYOTISMO

Con el nombre de toyotismo se conoce al sistema de producción desarrollado en Japón que fue adaptado por muchas fábricas de los países occidentales luego de la crisis de los años 70. El toyotismo (nombre que viene de la fábrica de autos japonesa Toyota) ha ido desplazando al sistema fordista.
Ante el estancamiento que sufría la producción de los países desarrollados en los 70, algunos empresarios observaron el sistema de trabajo de Japón, país que había tenido un crecimiento económico espectacular luego de la Segunda Guerra Mundial, y lo tomaron como modelo.
La eficacia del método japonés estaba dado por los llamados “cinco ceros”: cero error, cero avería (rotura de una máquina), cero demora, cero papel (disminución de la burocracia de supervisión y planeamiento) y cero existencias (significa sólo producir lo que ya está vendido, no almacenar ni producir en serie como en el fordismo).
El toyotismo se caracteriza por:
a) Flexibilidad laboral y alta rotación en los puestos de trabajo: el empleado debe estar dispuesto a realizar diferentes tareas, a diferencia del fordismo donde se busca la especialización en una sola. Se intenta producir con pocos empleados que son multifuncionales o polivalentes, pueden manejar varias máquinas y realizar tareas distintas de ejecución, reparación, control de calidad o programación.
b) Se incentiva el trabajo en equipo, no sólo a nivel horizontal (entre los obreros de la fábrica) sino vertical (obreros, ingenieros, administrativos, diseñadores). Un ingeniero puede intervenir en la ejecución de una tarea  y un obrero puede sugerir una modificación a un ingeniero.
c) Aplicación de la producción “just time”: sólo se produce a partir de la demanda existente, por lo tanto se produce en cantidades iguales a los pedidos, sin que se generen excedentes. Esto evita el uso de grandes depósitos y gastar menos en almacenaje.
d) Fabricación de productos diferenciados y en poca cantidad, a diferencia del fordismo que produce un solo producto y en gran cantidad.
e) Se estimula en los empleados el sentido de pertenencia a la empresa. Se muestra a la empresa como una gran familia y se realizan actividades colectivas fuera del horario de trabajo intensificando la relación de amistad entre los empleados (almuerzos, fiestas, actividades deportivas, etc). De esta forma se intenta que el empleado pase buena parte de su vida en el trabajo y que no lo sienta como una carga y, además, que sea leal y fiel a sus patrones.

LAS MULTINACIONALES Y LA GLOBALIZACIÓN
Las empresas multinacionales son aquellas que realizan actividades en varios países y no sólo en su país de origen. Están en “más de una nación” y por eso el nombre. El término multinacional describe el lugar de actuación de estas empresas, no el origen de la compañía. Una empresa multinacional no es una empresa cuyo origen esté en muchas naciones, sino que opera y actúa en un gran número de ellas. Por ejemplo, “The Coca-Cola Company” es una empresa de Estados Unidos (es una empresa nacional estadounidense) que está presente en todo el mundo (es una empresa multinacional a nivel global). Por lo tanto “The Coca-Cola Company” es una empresa estadounidense, pero con actuación multinacional. Algunos autores prefieren usar la palabra trasnacionales para referirse a estas empresas.
Las empresas transnacionales son polifacéticas: pueden actuar simultánea o sucesivamente en la producción, en el comercio y en los servicios o en la especulación financiera. También, por distintas razones, suelen cambiar de localización territorial (lugar donde se establecen) y de nombre. Abarcan diferentes países, variando con rapidez sus lugares de implantación o de inversión de capitales, en función de su objetivo que es obtener el máximo beneficio. Al instalarse en otro país lo que buscan es mano de obra más barata, ventajas fiscales, subvenciones estatales, proximidad de las fuentes de materias primas, proximidad del mercado consumidor, reglamentaciones flexibles y más favorables, altas tasas de interés para sus capitales especulativos, etc.
Pueden tener su domicilio en uno o varios países: en el de la sede real de la entidad madre, en el de la implantación principal de las actividades o en el país donde ha sido registrada la sociedad. Suele suceder que la actividad realmente productiva está delegada en subcontratistas y que la empresa transnacional se reserva el know-how, la marca y el marketing.
Las multinacionales operan para todo el mundo, y sus clientes son los mercados, países, empresas, organizaciones, de todo el planeta. Ven al mundo entero como su mercado potencial, y sobre él actúan y se mueven. Trasladan industrias de un país a otro, venden el mismo producto en varios países, fabrican las partes componentes de un productos en distintos países, etc.
Por ese motivo las multinacionales son los principales impulsores de la globalización. Cuando una empresa se instala en otro país, lo que ella decida o lo que a ella le pase afectará no sólo al país de origen sino al país donde se instaló. Por ejemplo si la empresa alemana Adidas se instala en India, provocará cambios en el mercado de trabajo y en la economía de India.
Los cambios no sólo serán económicos, también serán políticos y culturales. Las multinacionales intentan obtener ventajas económicas en los países en los que se instalan, presionando sobre los gobiernos, buscando leyes que le sean favorables (por ejemplo pagar menos impuestos, poner más restricciones a las actividades sindicales, etc). Y también modifican la cultura. Por ejemplo, cuando una empresa como Adidas (multinacional alemana) llega hasta india, los jóvenes indios comienzan a vestir como los alemanes. Así, la forma de vestir, la música que se escucha, los refrescos que se beben y las películas que se ven son las mismas en todo el mundo, porque han llegado a todos los países por que las empresas multinacionales han extendido sus productos por todo el planeta. Este fenómeno es lo que se puede llamar ‘globalización cultural’.
            Por lo tanto podemos observar tres tipos de globalización:
            a) La globalización económica, que se caracteriza por:
            1- la integración de las economías nacionales en una economía mundial,
2- se permite el movimiento de capitales de un país a otro,
3- los modos de producción se difunden e imitan,
4- la sociedad de todo el planeta se convierte en una sociedad de consumo.
b) La globalización política, que se caracteriza por:
1- la integración de las políticas nacionales en una sola política de carácter mundial,
2- la creación de organismos internacionales que toman decisiones e imponen normas que afectan a todos los países del mundo
3- no sólo normas económicas se difunden, también las hay medioambientales, laborales, militares, etc.
c) La globalización cultural, que se ve en la ropa, la música, las formas de actuar, de expresarse y hasta de pensar, que adquieren una dimensión planetaria. Se pueden ver camisetas de fútbol de equipos europeos en cualquier país del mundo, así como zapatillas de Nike, hamburguesas de Mac Donald o películas de Hollywood.
Las multinacionales se han convertido en el vehículo por el cual la globalización se está desarrollando y, a su vez, ésta facilita el rápido desarrollo de las empresas multinacionales (es decir, que las empresas se transnacionalicen o que las que ya han iniciado ese proceso crezcan aun más, fusionándose con otras o ampliando sus mercados). Así pues, globalización y multinacionales van de la mano y se autoalimentan, reforzándose mutuamente.
Algunos autores ven peligroso este proceso porque se traslada el poder desde los estados a las multinacionales. Con el proceso de globalización son las empresas y no los gobiernos los que toman la iniciativa y el protagonismo en la economía mundial.
En la década de 1960 el economista J. K. Galbraith predijo que en el futuro las grandes corporaciones se convertirían en la unidad económica estratégica de mayor significado y poder en el mundo. Estamos en un momento de la historia en el que encontramos empresas cuyo tamaño las hace más fuertes económicamente que países enteros. Directa o indirectamente, muchas veces las multinacionales de sectores estratégicos controlan la política en todos los niveles geográficos: local, nacional, regional y mundial. Los casos más conocidos son los de las multinacionales petroleras, del gas, financieras, informáticas, etc. Grandes empresas que controlan sectores muy importantes para el desarrollo de la vida de las personas y de los países.
Se ha utilizado la palabra “megafusiones” para referirse a los procesos de fusión y las alianzas entre las grandes empresas multinacionales lo que les permiten alcanzar un enorme tamaño y aumentar su poder e influencia en la economía mundial. Además de ser más poderosas e influyentes que muchos paises, el poder de las grandes empresas mundiales está concentrado en manos de unas pocas. Un estudio realizado en 2011 demostró que apenas 140 empresas controlan el 40% del valor de todas las multinacionales del mundo. La mayor parte de estas multinacionales poderosas son entidades financieras y bancarias. Las empresas multinacionales controlen dos terceras partes del comercio mundial de bienes y servicios. Es decir, que el comercio exterior lo realizan mayoritariamente empresas, no países. Y, además, la mayoría de las multinacionales son empresas de los países más ricos: los países desarrollados controlan el 81% de las empresas y el 83% de las ventas de las 500 multinacionales más grandes del mundo.

LA DESLOCALIZACIÓN
La deslocalización consiste en trasladar la producción industrial de una región a otra o de un país a otro buscando menores costos empresariales. Las empresas siempre buscan obtener el máximo beneficio o ganancia. El máximo beneficio se puede lograr de dos formas: aumentando los ingresos o reduciendo los gastos. Las empresas multinacionales suelen optar por las dos opciones. Las empresas, para obtener más beneficios, aumentan los ingresos accediendo a un mayor número de mercados (transnacionalizándose) y reducen gastos localizándose allí donde se den las condiciones para hacerlo (deslocalizándose). Por lo tanto, una forma de reducir los gastos es instalándose en países donde les resulte más barato producir.
Los lugares preferidos para instalarse son los países de la “periferia”, nombre que se da a los países no desarrollados, ya sean subdesarrollados, en vías de desarrollo o emergentes. Estos países tienen mayor población y por ,lo tanto disponen de abundante mano de obra barata. También suelen ofrecer otras ventajas a las empresas que quieren invertir, por ejemplo exoneraciones fiscales (menos impuestos), facilidades para retirar sus ganancias, normas laborales más flexibles, etc. Para lograr que las multinacionales se instalen los países más pobres compiten en las ventajas que ofrecen. Las multinacionales europeas, norteamericanas o japonesas lo están deseando. Reducen costos pagando menos a más obreros, que trabajarán más horas, producirán más y habrá que pagarles menos que en Europa o en otro lugar del Primer Mundo.
Las empresas del sector automovilístico, del sector textil o de industrias pesadas son las que más se deslocalizan. En sus cadenas de producción hay tareas o funciones que requieren de menos calificación de los operarios, y se busca una mano de obra más barata. El ejemplo del automóvil es claro: mientras que el diseño del coche se realiza en un país desarrollado, el proceso de producción de los distintos componentes o piezas tiene lugar en fábricas asiáticas, latinoamericanas o africanas. 
Las actividades de menor jerarquía o de nivel inferior son las más fácilmente deslocalizables. Son actividades correspondientes a las etapas productivas menos remuneradoras, por ejemplo el ensamblaje. Mientras que la investigación, el desarrollo, el marketing o el diseño se mantienen en el país de origen, que suele ser un país occidental, donde está la sede central desde la cual se dirige la empresa. Pero también las funciones de administración se deslocalizan. Para administrar la producción que se realiza en otro país, lo mejor es llevar esa gestión a dicho país. Por eso en ciudades como Bombay (India) o Yakarta (Indonesia) están proliferando las oficinas en las que se realizan las llamadas “back offices”, tareas administrativas como la gestión, la contabilidad, etc.
Las multinacionales occidentales (o las nuevas multinacionales de los países emergentes como Corea del Sur, China y Singapur), delegan en empresas de países menos desarrollados (subcontratan) aquéllas actividades por las que pueden pagar un menor sueldo. Por eso un trabajador de una fábrica textil de Bangladesh cobra menos que un jefe de oficinas de Bombay (India), y por eso éste, a su vez, cobra menos que un ejecutivo de Alemania o EEUU. Son las tres etapas que se diferencian actualmente en los sucesivos procesos de deslocalización. Desde las potencias tradicionales hacia las potencias emergentes, y desde éstas hacia los países menos desarrollados.
Se puede decir que los ricos traspasan las actividades más sencillas y peor pagas a los lugares más pobres.
En países asiáticos y latinoamericanos se ha modificado la legislación para promover la llegada de empresas extranjeras que deslocalicen las funciones de producción. En México, por ejemplo, existe la “legislación de la maquiladora”. Una maquiladora es una empresa que importa materiales sin pagar aranceles y cuya producción se comercializa en el país de origen de la materia prima. Es decir, los materiales llegan desde países desarrollados hasta otros de la periferia para que empresas de allí realicen las tareas de producción. Luego, el producto terminado vuelve al país desarrollado para ser comercializado. Estas empresas maquiladoras se ubican en el norte de México en la cercanía de la frontera con EEUU y los trabajadores viven en zonas especiales con pésimas condiciones de trabajo y bajo salario. Se calcula que los empleados en este tipo de empresas cobra una octava parte de lo que cobraría por el mismo trabajo un obrero estadounidense.