jueves, 4 de abril de 2019

Expansión Imperialista S. XIX


EXPANSIÓN IMPERIALSTA DEL SIGLO XIX

¿Qué es el imperialismo?
Entenderemos por Imperialismo al período histórico en el que las principales potencias del mundo establecieron dominación efectiva sobre amplios territorios, organizando su administración y afrontando costosas guerras y otros gastos para asegurar su posesión. Este período comienza con la madurez del capitalismo hacia 1880 y con diversas variantes se prolonga hasta los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, donde tuvo lugar el proceso de descolonización e independencia de los países africanos y asiáticos.
¿El imperialismo es un fenómeno nuevo?
La expansión imperial no es un fenómeno nuevo, sino prácticamente permanente en la historia de la humanidad, por ejemplo, en antigüedad, fue practicada por  egipcios, griegos y romanos.  En diversas circunstancias y épocas se han formado grandes imperios, que han tenido diferentes estilos de expansión y dominio.

¿Qué ha mantenido el imperialismo en las distintas épocas  a través del tiempo?

EL IMPERIALISMO SIEMPRE FUE UN  PROCESO A TRAVÉS DEL CUAL LOS ESTADOS PODEROSOS SOMETIERON  A OTROS PUEBLOS,  MÁS DÉBILES,  PARA SATISFACER CIERTOS INTERESES GENERALMENTE ECONÓMICOS.
 
CONCEPTO: IMPERIALISMO DEL SIGLO XIX
 “Dominación impuesta por una minoría extranjera, en nombre de una supuesta superioridad racial y cultural, dogmáticamente afirmada sobre una mayoría autóctona materialmente inferior.”
(Balandier. Historia. La construcción del mundo contemporáneo. Ed. Santillana)
“El imperialismo contemporáneo surgió precisamente en la segunda mitad del siglo XIX, cuando las fuerzas productivas, especialmente la industria, alcanzaron un alto nivel de desarrollo, que impulsó la búsqueda de nuevos mercados para los productos, materias primas más abundantes y baratas y un espacio económico en el que pudieran fructificar los capitales excedentes.”
(Biblioteca Salvat de grandes temas, “Colonialismo y neocolonialismo”
Barcelona, Salvat Editores, 1973
 
¿Por qué se produjo el imperialismo del siglo XIX?

El imperialismo colonial del siglo XIX fue una consecuencia de la revolución industrial.
La expansión de la Revolución Industrial a partir de su segunda fase generó entre los países que la desarrollaron la progresiva necesidad de ampliar sus mercados (consumo y venta) con el objetivo de mitigar los efectos de la alta competitividad y disminución de ganancias.
Se produce un retroceso económico que afectó a todas las potencias europeas manifestado en forma de sub-producción y agotamiento de mercados. Esta situación hizo que las potencias rivalizaran por nuevos mercados en todo el mundo.
La expansión imperialista se consideró “una ley de desarrollo histórico”, una especie ley natural, y la guerra, una condición necesaria para establecer el dominio.
Además involucraba un fuerte sentido de superioridad racial.
Implicó no sólo una expansión comercial y nuevas  fuentes de recursos para las potencias colonizadoras, sino además un dominio político, una ocupación militar y una explotación sistemática de las colonias, las cuales perdieron su soberanía.
La burguesía representada  por empresas, banqueros e inversionistas esperaba de esta expansión territorial grandes ganancias.

“... Pero hay otra forma de colonización: aquella que sirve a los pueblos que tienen exceso de capitales o de productos. Esta es la forma moderna, actual, la más extendida y fecunda... Las colonias son, para los países ricos, un lugar ventajoso de colocación de capitales...  hay un segundo punto, un segundo orden de ideas que debo abordar, lo más rápidamente posible: es el aspecto humanitario y civilizador de la cuestión... Es necesario decir abiertamente que las razas tienen un deber respecto de las inferiores... porque hay un deber hacia ellas: el de civilizarlas...”
(Jules Ferry; discurso ante la Cámara de Diputados, 1885)

CAUSAS ECONOMICAS:
Los estados europeos necesitan conseguir materias primas para su producción industrial y nuevos mercados para vender sus productos. Las potencias imperialistas tienden a obligar a sus colonias a comerciar en forma exclusiva con su metrópoli.



CAUSAS DEMOGRÁFICAS: 
El acelerado aumento de población europea a fines del siglo XIX, provocó intensos movimientos migratorios hacia otros continentes en una búsqueda de fuentes de trabajo y mayores oportunidades.

CAUSAS POLITICAS:
El dominio de extensos territorios, de rutas de circulación y de zonas consideradas estratégicas se transformó en un símbolo de hegemonía de las potencias, en una época en que el nacionalismo hacia auge en Europa

CAUSAS IDELOGICAS:
Las potencias defendían su dominio, planteando que tenían una misión evangelizadora y civilizadora sobre las culturas consideradas primitivas y bárbaras.

¿Cuáles fueron los grandes imperios coloniales?
 
Los imperios más importantes fueron:
·         El Británico: era el mayor del planeta, abarcando el 23% de su población y el 20% de su superficie
·         El Francés: era el segundo del mundo en extensión
·         Otros Imperios: Alemania,  Italia, Bélgica, Portugal, España, Japón y Estados Unidos

Justificaciones del imperialismo

1. La misión civilizadora: Es la británica la más grande de las razas dominantes que el mundo ha conocido y, por consiguiente, el poder determinante en la historia de la civilización universal. Y no puede cumplir su misión, que es crear el progreso de la cultura humana, si no es merced a la expansión de la dominación inglesa. El espíritu del país tendrá fuerzas para cumplir esta misión que nos ha impuesto la Historia y nuestro carácter nacional.
[...] El Imperio británico, firmemente unido, y los Estados Unidos deben juntos asegurar la paz del mundo y asumir la pesada responsabilidad de educar para la civilización a los pueblos retrasados.
(Joseph Chamberlain al frente del Ministerio de Colonias británico, en 1895)


2. La misión del hombre blanco: Lo que ahora sentimos es que nuestro dominio sobre aquellos territorios sólo puede justificarse si demostramos que aumenta la felicidad y prosperidad de los pueblos, y yo sostengo que nuestro dominio ha llevado y lleva seguridad, paz y mayor prosperidad a países que nunca habían conocido antes tales beneficios. Al llevar a cabo esta tarea civilizadora, estamos cumpliendo lo que yo creo que es nuestra misión nacional, al tiempo que encontramos la ocasión de poner en práctica las cualidades y potencialidades que han hecho de nosotros la gran raza gobernante. No estoy afirmando que nuestro éxito haya sido total en cualquier caso, ni que nuestros métodos hayan estado fuera de cualquier reproche. Pero mantengo que casi en cualquier lugar en el que el dominio de la Reina ha sido establecido y se ha impuesto la gran Pax Británica, con ella ha llegado una mayor seguridad para la vida y la propiedad, y una mejora material de las condiciones de la mayoría de la población.
Joseph Chamberlain, Foreign and Colonial Speeches, 1897
Los detractores del imperialismo
1. “La misión civilizadora de la que habla la sociedad capitalista es tan sólo un pretexto para esconder su ansia de explotación y de conquista (...). Enemigo de toda explotación del hombre por el hombre, defensor de todos los oprimidos sin distinción de razas, el Congreso condena esta política de robo y conquista, aplicación desvergonzada del derecho del más fuerte que pisa el derecho de los pueblos vencidos, y comprueba también que la política colonial aumenta el peligro de tensiones internacionales y de guerras entre los países colonizadores”.
(Resolución de la IIª Internacional de Stuttgart en 1907.)


2. ¡Razas superiores!, ¡Razas inferiores!. Es fácil decido. Por mí parte, yo me aparto de tal opinión, especialmente después de haber visto a sabios alemanes demostrar científicamente que la francesa es una raza inferior a la alemana. No, no existe el derecho de las llamadas naciones superiores sobre las naciones llamadas inferiores. La conquista que Ud. [J. Ferry] preconiza es el abuso, liso y llano, de la fuerza que da la civilización científica sobre las civilizaciones primitivas, para apropiarse del hombre, torturarlo y exprimirle toda la fuerza que tiene, en beneficio de un pretendido civilizador.
(CLEMENCEAU Discurso en la Cámara. Francia, julio de 1885.)