LA ECONOMIA DE AMERICA LATINA DESPUES DE LA INDEPENDENCIA
A
pesar de sus riquezas, Hispanoamérica nació a la vida independiente en
estado de subdesarrollo por diversas causas. Algunas se habían originado
en el sistema colonial, otras se añadieron durante el proceso de
independencia y otras fueron resultado de la relación con el exterior y
las dificultades de organización interna al comenzar la vida
independiente.
Las principales dificultades económicas eran:
1) Consecuencias de la revolución y las guerras de independencia.
Los
largos años de guerra habían perjudicado a la economía por disminución
de mano de obra (muerte o perdida de hábitos de trabajo), por fuga de
capitales (los españoles ricos que huyeron), por destrucción de
sembrados, por dispersión del ganado y por destrozos en las
instalaciones mineras, los ingenios azucareros, etc.
La
prosperidad de la economía colonial de los últimos tiempos de la
colonia fue aniquilada por la guerra donde no se respetaron vidas ni
bienes. Por ejemplo Venezuela fue uno de los territorios donde se más se
sintieron los efectos: perdió el 50% de la ganadería y las perdidas de
vidas humanas fueron altísimas entre 1810 y 1830. Algo similar ocurrió
en México y Uruguay. En estos países la revolución se originó en el
campo y se perdieron hábitos de trabajo.
Muchas
familias fueron desarraigadas de sus hogares. Los hombres eran
reclutados, a menudo a la fuerza. Aún si no morían en las batallas, con
frecuencia no retornaban a sus hogares, rehaciendo sus vidas en otra
parte.
2) Latifundio y monoproducción.
Eran
herencia del pasado colonial. La explotación agrícola y ganadera se
hacía en grandes extensiones de tierra pertenecientes a una minoría de
propietarios. En parte era resultado del tipo de explotación económica
extensiva: el que quería obtener más ganancia no intensificaba el
trabajo sobre la tierra obteniendo más productos por hectárea sino que
acaparaba más tierra. Pero también el latifundio era una fuente de
prestigio social y poder político. La base de la oligarquía era el
monopolio de la tierra: era un signo de distinción social.
Luego
de la independencia se repartieron las tierras que había conservado el
estado español sin repartir (tierras realengas) y en el transcurso del
siglo se fueron tomando las tierras indígenas. Estos fueron expulsados
con engaños o a la fuerza hacia las zonas montañosas, selváticas o
desérticas.
La
especialización de la producción por zonas que había comenzado en la
época colonial, se aceleró en este período debido al aumento de la
demanda europea alimentos y materias primas.
A
partir de ese momento se destacan tres grupos de países exportadores de
materias primas: los de clima templado que exportaban cereales y
productos ganaderos (por ejemplo Uruguay cueros y tasajo, Argentina
cueros, tasajo y trigo); los de clima tropical cuya exportación se
basaba en la agricultura tropical (por ejemplo Colombia café, Venezuela
cacao, Haití azúcar, México algodón); y los países exportadores de
minerales (Chile cobre, Bolivia plata y estaño).
El
monocultivo tenía consecuencias nefastas sobre la economía de los
países: destrucción de los suelos cultivables al reiterarse los cultivos
(como sucedió en el Nordeste de Brasil con el azúcar), dependencia de
un solo producto y de escasos mercados que fijaban los precios, descuido
de los cultivos para el consumo local con la consiguiente consecuencia
del hambre, la desnutrición, etc. El monocultivo también influía en la
formación de latifundios porque la pérdida de fertilidad de las tierras
impulsaba a los propietarios a ocupar más terreno apto.
Además
la causa que originaba la monoproducción era la demanda exterior y esta
era muy cambiante y no dependía de los países productores. Son muchos
los ejemplos de zonas que tuvieron su época dorada cuando la demanda era
alta y de un día para otro se transformaron en desiertos humanos cuando
esa demanda cesó. Chile lo sufrió más una
vez. En aquel país se cultivó trigo para vender a California cuando se
produjo la "fiebre del oro". Pero cuando se terminó de conquistar el
oeste, el trigo norteamericano era más barato y no sólo California dejó
de comprar el trigo chileno sino que el trigo californiano se empezó a
vender en Chile. Posteriormente la zona norte de Chile se dedicó a la
explotación del salitre formándose muchas ciudades que se transformaron
en pueblos fantasmas cuando el salitre chileno ya no interesó.
Pero
el caso más evidente de la "prosperidad frágil" provocada por la
monoproducción es el de Manaos y el caucho. Cuando en esta región de
Brasil se descubrieron árboles caucheros y se empezó a usar su savia
para hacer goma, la región se llenó de inversores y trabajadores. La
"fiebre del caucho" duró algunas décadas (1880-1910) y le permitió a
Manaos transformarse en una ciudad rica, llena de mansiones, hoteles,
edificios públicos, y con uno de los teatros más lujosos del mundo donde
concurrían los más afamados artistas.
La
prosperidad de Manaos terminó cuando los ingleses lograron extraer
clandestinamente semillas del árbol del caucho y las cultivaron en sus
colonias del sudeste asiático (Malasia e Indonesia). Ya no necesitaron
comprar el caucho a Brasil y la decadencia llegó a Manaos.
3) Dificultades para explotar las riquezas.
Muchas de las riquezas que poseía América Latina no podían ser explotadas por dificultades de acceso a los
territorios y a causa del primitivismo de los transportes.
La
estructura de caminos era pobre y los estados recién nacían a la vida
independiente carecían de dinero para efectuar obras públicas. Carros,
carretas, caballos y mulas eran los medios de transporte para los
hombres y las mercaderías.
La
situación va a cambiar cuando se instalen los primeros ferrocarriles,
pero estos no van a ser introducidos por los países latinoamericanos
sino por las empresas inglesas y van a servir a sus propósitos. La
instalación de vías de ferrocarril se hizo para extraer con más
facilidad los productos que se enviaban a Europa, uniendo las tierras de
cultivo o las minas con los puertos de embarque. El resto quedaba
incomunicado.
4) Finanzas insuficientes.
Debido
a la débil economía las finanzas de los países latinoamericanos eran
insuficientes. Los estados no podían recaudar suficiente ya que no había
a quien cobrarle impuestos: unos no podían pagar porque no tenían con
que y otros no querían pagar y como ocupaban los cargos de gobierno
encontraban la forma de evadir el pago.
Había
además mala administración, gastos militares excesivos (acrecentados
por la situación de guerra civil que vivieron los países
latinoamericanos hasta muchos años después de la independencia) y deudas
que se habían generado durante la revolución.
Como
se carecía de dinero suficiente en los países, se recurrió a los
préstamos, siendo los bancos ingleses los principales prestamistas. Los
estados emitían títulos de deuda pública pero era muy poca la confianza
que generaban y por lo tanto su valor era bajo y su colocación difícil.
5) Dependencia del exterior.
Los países latinoamericanos surgieron a la vida Independiente
en el momento que Europa desarrollaba la industrialización. Incluso la
propia "independencia" de las colonias españolas tuvo mucho que ver con
el interés de Inglaterra de tener territorios donde colocar su abundante
producción. En 1809 un informe del Foreing Office (ministerio de
relaciones exteriores británico) expresaba: "...Sea
que sigan dependiendo de España o que formen gobiernos independientes,
lo cierto es que los sudamericanos, en este momento, abren sus brazos a
Inglaterra; e indiferente en que forma buscan nuestra ayuda, siempre que
el aumento de los negocios y el nuevo mercado que nos ofrecen para la
venta de nuestras manufacturas, compense nuestra protección..."
En
los hechos las colonias pasaron de una dependencia a otra. La
vinculación de América Latina con el "mercado mundial" pasó por dos
etapas. La primera se extiende desde la independencia hasta mediados del
siglo XIX y se caracterizó por la apertura al libre comercio, la
entrada masiva de mercadería inglesas y la pérdida del metal precioso
que se usó como medio de pago. Las industrias artesanales locales no
pudieron competir con la producción inglesa y murieron. En 1809, cuando
estaba comenzando la revolución hispanoamericana y comenzaba la
penetración comercial inglesa, un informe del Consulado de Buenos Aires
decía refiriéndose a los ingleses: "...Estos
sagaces maquinistas nos han traído ya ponchos, que es la principal
producción de los cordobeses y santiagueños... Sus lanas y algodones
además de ser superiores a los paños y lienzos de Cochabamba, son más
baratos y por consiguiente arruinarán enteramente nuestras fábricas y
reducirán a la pobreza a una multitud de hombres y mujeres que se
mantienen con sus hilados y tejidos, en tal forma que por donde se mire
no se verá más que desolación y miseria".
La
segunda etapa transcurre en la segunda mitad del siglo XIX y se
caracteriza por la llegada de capitales extranjeros, en su mayoría
ingleses, pero también franceses, alemanes y de EEUU, que se invirtieron
en obras de infraestructura. La integración de América Latina al
mercado mundial fue mayor y también aumentó su dependencia.
Los
británicos serán los principales inversores usando su experiencia
comercial. En los países de América, fundamentalmente en los puertos más
importantes había sucursales de los bancos de Londres para orientar los
negocios y las inversiones. Establecerán frigoríficos en Argentina y
Uruguay, controlarán las minas de cobre chilenas, pero sobretodo su
negocio estará en las inversiones en servicios públicos: ferrocarriles,
aguas corrientes, energía eléctrica, teléfono. Su principal preocupación
era no arriesgar demasiado y obtener rápidos y seguros beneficios.
A
fines del siglo XIX aparece un fuerte competidor del capital inglés:
los EEUU. Se vivían los momentos del capital monopólico, la
trustificación y la formación de grandes empresas, así como la búsqueda
de territorios coloniales que aseguraran materia prima, fuentes
energéticas y un lugar donde colocar las mercaderías y el dinero
sobrante. En 1880 la producción industrial de EEUU igualó la de
Inglaterra. El gobierno norteamericano puso en práctica la doctrina del
"destino manifiesto": la expansión hacia los territorios vecinos más
pobres. Las islas del Caribe y Centroamérica fueron los primeros en
recibir las inversiones de EEUU, extendiéndose luego hacia los países
ubicados al norte de Sudamérica.
En
1889 el gobierno norteamericano invitó a los países de América Latina a
una Conferencia Panamericana asistiendo 17 países. En ella EEUU propuso
realizar una unión aduanera que fue rechazada por los países
latinoamericanos.
Pero
si la vía diplomática no surtía efecto había otras posibilidades: las
intervenciones militares con claros objetivos económicos. Esas
intervenciones se llevaron a cabo en el Caribe y Centroamérica, siendo
las zonas de más interés las de Cuba y Panamá.
LA ECONOMÍA AGROEXPORTADORA
La
economía agroexportadora (también conocida como modelo de crecimiento
hacia fuera se aplicó en América Latina desde su independencia en la
primera mitad del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX.
En
este período los países de América Latina exportaban materias primas,
como productos agropecuarios y minerales, hacia los países
industrializados de Europa, especialmente Inglaterra, y hacia EEUU. A su
vez importaban los productos industrializados desde aquellos países y
también recibían desde ellos las inversiones de dinero necesarias para
aumentar la producción o mejorar los transportes y comunicaciones.
El
desarrollo económico de los países latinoamericanos se debió al interés
de los países industrializados que actuaban según sus necesidades:
necesitaban las materias primas para sus industrias y mercados donde
vender los excedentes de la producción de sus fábricas. Los intentos de
modernización en América Latina también se hicieron por interés de las
potencias extranjeras, por ejemplo la instalación de ferrocarriles, que
se hizo para poder llevar más rápido y en mayor cantidad las materias
primas desde el interior de los países hasta los puertos donde se
exportaban.
Los
países de América Latina se especializaron en la producción de uno o
pocos productos por cada país; esto se conoce como monoproducción. En el
caso de ser productos agrícolas se le llama monocultivo.
El historiador brasileño Celso Furtado clasifica a los países monoproductores de América Latina en tres tipos:
Exportadores de productos agrícolas de clima templado (Argentina y Uruguay)
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Tenían grandes extensiones de tierra dedicadas a la producción agrícola y ganadera. Exportaban cueros, lanas, carne y trigo.
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Exportadores
de productos agrícolas de clima tropical (la mayoría de los países
latinoamericanos, como Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, los países
de América Central y el Caribe y en parte México)
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Por
estar ubicados en zona tropical su clima los hacía aptos para
determinados cultivos (café, cacao, caña de azúcar, tabaco, bananas,
etc) cuya producción se vendía a Europa y EEUU. Como las potencias
europeas también obtenían estos productos de sus colonias en Africa, los
precios de venta eran generalmente bajos y la abundante población
campesina que trabajaba en las plantaciones vivía en la miseria
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Exportadores
de minerales (grupo formado por Chile, Perú, Bolivia, México y luego se
sumó Venezuela al comenzar a explotar el petróleo)
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En
estos países fueron necesarias importantes inversiones de dinero de los
países industrializados para poder explotar los minerales y hubo una
importante concentración de mano de obra en las zonas donde se ubicaban
los yacimientos.
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La
monoproducción tenía consecuencias negativas para los países
latinoamericanos: al depender sus exportaciones de uno o escasos
productos, el ingreso de dinero por las ventas al exterior se podía ver
afectado, ya que los países compradores podían ser pocos y si alguno
dejaba de comprar disminuían las ventas. Si el precio de ese producto
bajaban también descendía el dinero que ingresaba al país.
En
el caso del monocultivo las consecuencias negativas eran aún mayores:
al cultivar el mismo producto en el mismo suelo, este se iba debilitando
y la producción disminuía. También sucedía que casi todas las tierras o
las mejores se dedicaban para plantar el cultivo que se exportaba y se
descuidaban los cultivos para alimentar a la población local, provocando
el hambre.
Los
más beneficiados con la economía agroexportadora eran las oligarquías,
los dueños del poder económico y político. Se trataba de un grupo
cerrado de familias que ocupaban los cargos de gobierno, eran
propietarios de las tierras y eran los exportadores de lo que sus
tierras producían. Desde el gobierno impusieron el liberalismo
económico, permitiendo el libre comercio con el exterior que tenía como
consecuencia la libre importación de productos manufacturados. La
oligarquía mantenía muy buenas relaciones con las potencias industriales
porque sus intereses eran comunes y se beneficiaban mutuamente: las
potencias obtenían las materias primas que necesitaban y las oligarquías
les vendían esas materias primas. La modernización que se hizo en las
últimas décadas del siglo XIX estrechó los vínculos: las potencias
invertían dinero en mejoras que permitían explotar mejor las materias
primas y por lo tanto beneficiar a las oligarquías.
Políticamente
las oligarquías latinoamericanas impusieron democracias muy limitadas,
con un derecho al voto muy restringido, excluyendo a la
mayoría de la población. De esa manera se aseguraban mantenerse en el
gobierno y a través de las leyes defender sus intereses económicos.
Tenían una visión negativa de las clases populares, especialmente de los
campesinos, a quienes consideraban ignorantes e incapaces de gobernarse
por si mismos.
LAS INTERVENCIONES EXTRANJERAS
LAS RELACIONES DE LATINOAMERICA CON EUROPA
Los
países recién independizados no actuaron como un bloque unido. Cada
país resolvió a su manera las relaciones con los estados europeos, e
hizo frente sólo a las presiones y amenazas.
Muchos
estados acudieron a Europa en busca de préstamos y garantías para su
precaria independencia. Proponiéndoselo o no, abrieron las puertas a la
penetración europea, alentada por la debilidad de los nuevos países. La
diplomacia inglesa fue la más activa; la división y el equilibrio entre
pequeños estados interesaba a su comercio. Las intervenciones francesas
fueron, en general, menos diplomáticas, desembocando en guerras e
invasiones. Las presiones de estas potencias procuraban: el pago de
deudas atrasadas e indemnizaciones, pedido de la cláusula de nación más
favorecida en los acuerdos comerciales, exigencia de que los súbditos
europeos se pudieran regir por las leyes de sus países de origen y no
por las leyes de los países americanos donde vivían
(extraterritorialidad de la ley), libre tránsito por los ríos que
pasaban por más de un país, libertad para comerciar e invertir.
Los
reclamos realizados por embajadores y cónsules europeos contaban con el
respaldo de los barcos de guerra que navegaban amenazantes por el
Atlántico y el Pacífico, siempre listos para acudir al lugar donde se
plateara un conflicto. Además los intereses europeos tenían sus aliados
en las oligarquías locales vinculadas economicamente a aquellos.
Los hechos más sobresalientes de este período fueron:
- La mediación inglesa en la guerra entre Argentina y Brasil por la Provincia Oriental (1826-1828).
- La ocupación de las islas Malvinas por los ingleses en 1833.
- La guerra entre Argentina, dirigida por Juan Manuel de Rosas, y Francia (1838-1840).
- La intervención anglo-francesa en la Guerra Grande en el Río de la Plata.
- La invasión de Francia a México reclamando el pago de deudas atrasadas (en dos ocasiones 1838 y 1862).
- El ataque español a Perú y Chile reclamando indemnizaciones por la guerra de independencia (1864-1865).
LAS RELACIONES CON EEUU
Los
EEUU favorecieron la emancipación de Latinoamérica del dominio español y
rechazaron cualquier intento europeo de intervenir en la región con el
Mensaje Monroe (1823). A medida que el tiempo pasó se hicieron mas
evidentes las diferencias entre el país del norte y los países del sur;
mientras aquel se industrializaba y se transformaba en una potencia, los
estados latinoamericanos se mantenían atrasados y débiles.
Frente
a esos países débiles EEUU se va a guiar por dos intereses
fundamentales: a) obtener territorios que se interponían en su expansión
hacia el Pacífico; b) asegurar posiciones en el Mar Caribe y
Centroamérica.
Para
cumplir el primer objetivo apoyo la separación de Texas de México y
luego luchó y venció a México quitándole los territorios que este tenía
en el Lejano Oeste. EEUU se aseguró amplios y ricos territorios,
mientras su vecino del sur quedaba reducido a la mitad de su tamaño.
El
otro objetivo de EEUU era el Mar Caribe, en particular apoderarse de
las islas mayores como el caso de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo. Las
dos primeras estaban en poder de España y EEUU esperaba que la
debilidad del país europeo le llevara a tener que abandonar las dos
islas y, como sostenía que su población era incapaz de gobernarse por si
misma, EEUU tendría que intervenir. Cuando en 1826 Bolívar había
intentado convocar a los países independientes de América para liberar a
Cuba del dominio español, EEUU se había opuesto, expresando el
Secretario de Estado norteamericano, Henry Clay, que: “ ninguna potencia tiene un interés de tanta entidad como los EEUU en la suerte futura de esta isla”.
Tras
varios intentos fallidos de independizarse de España, los cubanos
inician una revolución en 1895 que vence a los españoles en varios
puntos de la isla. EEUU decidió intervenir para “ayudar” a los cubanos.
Ya en ese momento habían importantes inversiones norteamericanas en la
isla. Sólo en las plantaciones de azúcar y las minas había unos 50
millones de dólares invertidos. El embajador de EEUU en España había
declarado que “la industria azucarera en Cuba es tan vital para nosotros como lo es el algodón de la India para Inglaterra”. En
febrero de 1895 un barco de guerra norteamericano anclado en el puerto
de La Habana fue volado, aprovechando el Presidente norteamericano
MacKinley para culpar a España y declararle la guerra. La guerra duró
pocos meses, España se rindió y debió entregarle a EEUU las Filipinas y
Puerto Rico. Cuba fue ocupada militarmente y EEUU “le hizo” una
constitución en la que se establecía la independencia de Cuba, pero con
la salvedad de que EEUU podía intervenir cuando lo creyera conveniente
en los asuntos cubanos.
Leonard
Wood, gobernador militar de la isla de Cuba durante la ocupación
norteamericana, manifestó en carta dirigida al Presidente Teodoro
Roosevelt en 1903: “Con el
control que ejercemos sobre Cuba, control que sin lugar a dudas pronto
se convertirá en posesión, controlaremos también el comercio azucarero
del mundo... la isla, bajo el ímpetu de un nuevo capital y una nueva
energía, no sólo se desarrollará, sino que gradualmente se ira
norteamericanizando, y nosotros tendremos una de las más ricas y
deseables posesiones del mundo”.
Otro
punto de interés para EEUU era Centroamérica, por dos razones; las
inversiones de las compañías fruteras y el objetivo de construir un
canal interoceánico que agilitaría las comunicaciones entre las dos
costas de EEUU. El canal pensaron construirlo primero en Nicaragua, pero
luego se planificó en Panamá, territorio que pertenecía a Colombia.
Este país había hecho un acuerdo con Inglaterra para que capitales
ingleses construyeran ese canal. EEUU protestó y finalmente apoyó una
rebelión de los panameños para independizarse (1903). Los ferrocarriles
de empresas norteamericanas que circulaban en Colombia se negaron a
transportar al ejército colombiano que iba a sofocar la rebelión y
rápidamente el gobierno de EEUU reconoció la independencia de Panamá. El
flamante gobierno panameño firmó un acuerdo con EEUU que le permitía a
este construir un canal que le pertenecería hasta el año 1999.
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